Debe existir un peligro de fuga real, muchas posibilidades de que el detenido vuelva a delinquir a corto plazo, que lo haya hecho reiteradamente antes de su arresto o bien que la causa por la que ha acabado en los calabozos de la Policía Nacional o Guardia Civil haya sido un delito muy grave que implica consecuencias inmediatas. Solo en esos supuestos el juez de guardia opta por enviar a prisión al procesado, de forma preventiva, en principio hasta la celebración del juicio.
Esta casuística sucede anormalmente en Menorca donde el porcentaje de personas que han estado en el Centro Penitenciario de la carretera de Sant Lluís de manera provisional desde su apertura, en el verano de 2011, se sitúa en el 19 por ciento, según datos publicados recientemente por el Instituto Balear de Estadística (Ibestat). Es decir, que uno de cada cinco presos que han pasado por entre los muros de la cárcel han residido temporalmente en ella en situación preventiva hasta que se ha celebrado el juicio, o bien hasta que sus abogados han conseguido que el juez les deje en libertad provisional al recurrir el auto de prisión, transcurrido un tiempo desde su reclusión.
De los 866 reclusos que ha tenido la prisión desde su inauguración hasta el 31 de diciembre de 2024, un total de 164 han cumplido prisión provisional pendiente de la vista oral. En el cierre del último año el porcentaje de preventivos ha aumentado en la Isla a casi el 30 por ciento, con 22 presos en esta situación, entre los 74 totales que había en esa fecha, la tercera más elevada que se registra desde la apertura de este centro penitenciario.
En la prisión de Mallorca, por ejemplo, el año pasado, de los 1.183 reclusos, el 25 por ciento fueron preventivos, mientras que en la de Eivissa, el porcentaje de los 95 se situó en el 50 por ciento, lo que diferencia la de Menorca confirmándola como un centro de baja conflictividad.
En algunos casos, si son condenados a penas inferiores a los dos años de prisión y no son reincidentes especialmente graves, los penados preventivos recuperan la libertad de inmediato, dado, además, que el tiempo que han pasado entre rejas cuenta para que sea descontado de la pena definitiva. Si la condena es superior y han de permanecer privados de libertad, se les descuenta el tiempo que ya han pasado en la prisión.
Entre el número total de preventivos en estos 13 años, solo 10 han sido mujeres, lo que supone la mitad de las 20 que ha alojado el Centro Penitenciario, una cifra menor en comparación con la de los varones. Además de que han sido muchas menos las mujeres detenidas, la cárcel insular no dispone de módulo específico para ellas y han de ocupar una celda, normalmente, en el de ingreso.
Y esta cárcel no iba a ser una especie de calabozo para delincuentes " menorquines "?