Que se sepa, por el momento, no existe en el conjunto de Balears un depósito de agua artificial similar al que alberga el Coll de Cala Morell, en el término municipal de Ciutadella. Se trata de una construcción que los expertos calculan que pudo entrar en funcionamiento hace aproximadamente 3.600 años y que a día de hoy, como se ha podido comprobar durante la campaña de excavación que acaba de finalizar, sigue cumpliendo con su función a la perfección recogiendo las intensas lluvias de las últimas semanas.
En un mundo acostumbrado al usar y tirar y construcciones que perduran mucho menos en el tiempo, referirse a la balsa del yacimiento como una obra maestra puede parecer excesivo «por su falta de espectacularidad, aunque sí lo es por su funcionalidad», explica Damià Ramis, uno de los codirectores responsables de la excavación que desde hace años dirige el equipo del proyecto arqueológico Entre Illes.
La campaña de este año se ha centrado en diferentes aspectos del yacimiento, y uno de los más importantes continúa siendo el depósito de agua. Según explica Ramis, han analizado con detalle el espacio entre el recorte natural de la roca y el muro interior de la balsa para confirmar la existencia de unos sedimentos y arcillas que cumplen una función de impermeabilidad.