Atrás queda ya el 4 de julio, cuando Es Castell acogió el primer acto de sus fiestas patronales, un programa que ayer dio sus últimos coletazos después de las intensas jornadas vividas esta semana. Todo el mundo sabe en la localidad que después de Sant Jaume en el calendario llega Santa Anna, una jornada que tradicionalmente los vecinos de la población utilizan para recuperarse de la celebración de los dos días anteriores.
Un día de descanso que invita a disfrutarlo desde hace años de la forma más refrescante, con la celebración de las tradicionales actividades náuticas en el puerto de Calesfonts. Allí citó el Club Naútico Villacarlos, su organizador, al público a las cinco de la tarde. Una fiesta en la que gran parte del protagonismo recayó en el público más joven, que pudo subirse a bordo de una piragua para surcar las aguas del puerto.
La fiesta continuó con clásicos como el juego del capellet y la travesía del puerto a nado, aunque por recomendación de Autoridad Portuaria, por el volumen de tráfico marítimo se sustituyó la ruta habitual, entre el puerto y el Llatzeret, por otra que conectó las puntas de Calesfonts y Cala Pedrera.
Ya por la noche, la actividad náutica dejó paso a la música como principal protagonista, que llegó al público de la mano de las populares canciones de Joana Pons i Ses Guitarres. Llegada la medianoche, al igual que ya había sucedido el día anterior, se procedió a lanzar el espectáculo de fuegos artificiales desde la Illa Plana. Una despedida de la fiesta que en este caso vino acompañada por una traca final que de alguna manera marcó el inicio de la cuenta atrás para Sant Jaume 2020.