La visita de una tintorera la semana pasada a aguas de Cala Galdana, con un gran efecto mediático a través de las redes sociales, ha servido, más allá de lo anecdótico, para poner el foco sobre en qué estado se encuentran las poblaciones de escualos en las aguas baleares. La respuesta desde la organización Shark Med es contundente: «La situación es de extrema gravedad», reconoce Agustí Torres, presidente de una entidad de sin ánimo de lucro que desde 2017 trabaja por la recuperación y conservación de los tiburones en el Mediterráneo occidental.
Que las tintoreras, conocidas también como tiburones azules, se acerquen a la zona de costa no es habitual, pero es algo que sucede periódicamente explican desde Shark Med. ¿El motivo? Se manejan diferentes teorías pero la causa real se desconoce. «La más probable», relata Torres, es la que apunta «a una reacción instintiva» que se produce cuando los escualos se encuentran débiles o heridos «y buscan aguas menos profundas para protegerse de los depredadores».
Un patrón de actuación que se repite en diferentes localizaciones del litoral del Archipiélago. Y es que este tipo de animales habitan en todo el perímetro de Balears, aunque de forma natural «a una distancia considerable de la costa», relata Torres. Su hábitat, explica, son zonas de una profundidad superior a los 1.000 metros, lejos de la plataforma continental. Es ahí donde encuentran su alimento, generalmente peces de menor tamaño y calamares, aunque también ejercen como carroñeros cuando se encuentran con algún cetáceo muerto.
En la cúspide de la escala trófica, los tiburones desempeñan un papel fundamental en el mantenimiento de la salud del ecosistema marino. Es por ello que la reducción de sus poblaciones en las últimas décadas está llevando a que se realicen estudios para analizar el problema y llevar a cabo acciones de protección. Torres insiste en que la situación «es dramática, los tiburones están desapareciendo del Mediterráneo occidental», alerta. En el caso de la tintorera, el escualo más habitual en ese mar gracias a su gran capacidad reproductiva, dice que está «en grave peligro» y una de las principales causas es que «se trata de una animal que es víctima de la pesca accidental en gran cantidad».
Desde Shark Med sostienen que se necesitan estudios científicos para avanzar a la hora de realizar cambios en las políticas referentes a la pesca. La entidad tiene en marcha programas de observación a través de vídeo para avanzar en el conocimiento de unos animales «que en el pasado han despertado muy poco interés científico». El problema, apunta Torres, es que «el número de avistamientos es muy inferior al que nos gustaría». La otra mala noticia es que de los ejemplares que encuentran «el 50 por ciento muestran heridas producidas por anzuelo de palangre».