Sin fuego se alteró la tradición centenaria en Alcalfar el pasado fin de semana, pero hubo fiesta, participación masiva y una alternativa adaptada a las circunstancias para iluminar, como siempre pero de otro modo, el perímetro rocoso de la urbanización.
La solución no satisfizo a todos porque quebró la costumbre tan arraigada en este núcleo turístico. Tampoco se encendió, por primera vez, la tradicional hoguera en el Torm, la gran roca horadada a la entrada de la cala.
Esa perfomance que suponía el encendido de las pequeñas latas, a modo de antorchas, rellenas de estopa y encendidas con queroseno, preparadas cuidadosamente por los niños y adolescentes de la cala durante los días previos, ha dado paso a 480 farolillos solares led que, en todo caso, ofrecieron una imagen estéticamente bella.
Esa es la valoración que hace la Asociación de Vecinos, responsable de haber hallado una alternativa al fuego que ha permitido mantener la fiesta con otro tipo de iluminación artificial. «Acepto que haya opiniones contrarias y que digan que se ha roto la tradición de usar el fuego, pero no que digan que fue descafeinada porque cuando todo estuvo iluminado con los farolillos quedó estéticamente muy bonito», destaca Mari Mercadal, presidenta de la Asociación.
Tres peticiones, tres negativas
Hasta en tres ocasiones solicitó el colectivo de vecinos al Ayuntamiento y a Costas el permiso para el encendido de las antorchas de queroseno, pero la respuesta, a través de la Conselleria de Medio Ambiente fue siempre negativa. Es el resultado de la aplicación de la ley del uso del fuego, de 2017, que prohíbe este tipo de prácticas del 1 de mayo al 15 de octubre. «Cada año, desde entonces, nos habían ido reduciendo el número de antorchas que podíamos utilizar, hasta que este verano nos dijeron que no podíamos encender ni una sola, y tampoco la hoguera en el Torm a pesar de que está alejada de todo», explica Mercadal.
De cara al próximo año, la Asociación de Vecinos volverá a intentarlo. Pedirá, de nuevo, los permisos oportunos aunque difícilmente habrá marcha atrás. De ser así, con toda probabilidad, repetirán la adquisición de los farolillos de led solar pero en mayor cuantía que los 480 comprados este año. Salvo algunos infantes que no quisieron participar en la preparación, la mayoría sí lo hizo manipulándolos. Tuvieron que cortar una parte frontal de cada uno de ellos para que el efecto luminoso fuera mayor. «Lo probamos y vimos que quedaba bien, fue una alternativa antes que no hacer nada», señala la presidenta, «la mayoría de gente quedó satisfecha y valoró el esfuerzo».