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Jaume Pons, 30 años de cuidados a la fauna salvaje

El veterinario recibe el sábado el Premi Pere Prats del GOB

El veterinario, con un milano atendido en su clínica.

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Jaume Pons Bagur lleva tres décadas comprometido con la salvaguarda de la fauna salvaje, desde su consulta veterinaria por la que han pasado más de 25.000 animales que requerían una atención urgente. Una labor que será reconocida este sábado (19 horas) en la sede del GOB, en Maó, con la entrega del Premi Pere Prats de Medi Ambient 2022 que concede el GOB.

El Grup d'Ornitologia de Balears otorga la distinción por el compromiso y el altruismo que ha demostrado Jaume Pons, quien se ha convertido en «el alma de uno de los proyectos más queridos del GOB». Se trata del Centre de Recuperació de Fauna Silvestre, el encargado de gestionar los animales heridos o enfermos y que son atendidos en la clínica veterinaria conveniada con el Cofib, el Consorci per a la Recuperació de la Fauna de les Illes Balears.

Pasión por los animales

Los inicios de las colaboraciones de Jaume Pons con la organización ecologista fueron casi por casualidad. Fue en 1990, «cuando acabé la carrera, uno o dos años después abrí la clínica y empezaron a traerme algún animal para hacer curas». Lo que empezó como algo esporádico, se convirtió en algo rutinario, pues se erigió como un referente cuando se presentaba un caso que atender.

«Al principio hacíamos lo que podíamos», admite Pons Bagur, quien tuvo que adentrarse progresivamente en el mundo de la fauna salvaje. «Los veterinarios suelen especializarse en pequeños animales domésticos, especies de granja o animales exóticos», siendo estos últimos «los que más se parecen» a los que llegan al centro del GOB.

Poco a poco, «haciendo consultas con centros especializados del Estado, o aprendiendo a base de autopsias, llegamos a encontrar tratamientos y medicamentos» para atender desde erizos a tortugas, pasando por algún hurón, milanos u otras especies avícolas. «El volumen más grande de animales que atendemos son aves con fracturas en las alas, y también son habituales las tortugas con el caparazón afectado por algún coche o por desbrozadoras».

El Centre de Fauna Silvestre ha atendido más de 25.000 animales

«Recuerdo que una vez ingresamos un buitre. Llegó muy deshidratado y conseguimos salvarlo, y pudo ser reintroducido» en su hábitat natural.De hecho, ayer mismo, horas antes de compartir sus experiencias con «Es Diari», atendió un milano que presentaba fracturas en su ala izquierda.

Premio colectivo

Algo que tiene claro el veterinario de Ciutadella es que «este no es un premio solo para mi, el equipo está formado por mucha gente», la que está hoy y toda la que ha ido pasando por el Centre de Recuperació del GOB. «El reconocimiento está muy bien, pero yo no podría hacer nada sin el equipo, desde la persona que encuentra el animal herido, al que lo trae a la clínica o lo cuida en el centro durante su rehabilitación».

Y es que la labor que realizan no consiste solo en intervenir, sino también en recuperar cada animal para su posterior puesta en libertad. «Al principio no teníamos nada, pero luego, con el acuerdo para instalarnos en las Pedreres de s'Hostal», pudieron habilitar un espacio adecuado, que se ha ido mejorando con los años. «Allí tenemos charcas para tortugas o jaulas de vuelo o de hospitalización, un microcosmos que se fue construyendo desde cero, con la implicación de mucha gente», insiste Pons Bagur.

Solo de este modo se consiguen los resultados que obtiene cada año el centro, sin olvidar, por otro lado, la «sensibilización creciente» de la sociedad. «Antes, un animal herido podía tardar una semana en llegar a nosotros, de un lado a otro o estando una semana en un gallinero». En cambio, «ahora es automático, tanto por parte de las instituciones, Medio Ambiente, el Seprona o de los ciudadanos, que enseguida informan o lo trasladan» para que sea atendido.

De hecho, ahí está la clave del éxito en la recuperación de animales. «Cuanto antes llegue, más posibilidades habrá de que ese animal pueda salvarse», incide.

Al final, cada animal que puede ser reintroducido representa «una satisfacción; muchos se pueden rehabilitar, otros no tienen tanta suerte, pero forma parte de nuestro trabajo».

Jaume Pons dice no llevar un recuento, «eso lo hace muy bien y muy detallado el GOB en sus memorias anuales; es un trabajo precioso, muy bien documentado», que ayuda a entender la necesidad de contar con un centro de atención para especies silvestres.

Punto de vista

El mejor aval, los más de 25.000 animales atendidos en el centro del GOB

Fue en 1998 que el GOB ubicó en la Pedrera de l’Alzina, cedida por la asociación Lithica, su Centre de Recuperació de Fauna Silvestre. Unas instalaciones por las que han pasado más de 25.000 animales desde entonces. Concretamente, según la memoria de 2021, han sido 17.157 tortugas de tierra (Testudo hermanni) y otros 8.352 animales de distintas especies. Solo el año pasado ingresaron animales de hasta 72 especies, con un total de 2.726 ejemplares. De estos, 2.006 fueron tortugas, además de 61 gorriones comunes (Passer domesticus), 60 erizos (Atelerix algirus), 48 gaviotas patiamarillas (Larus michahellis), 42 ánades reales    (Anas plathyrhynchos) o 37 búhos (Otus scops), entre otros.

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