Hace ya 30 años que se puso en marcha el estudio de la migración de las aves a través del Mediterráneo en la Illa de l'Aire. Un trabajo del que se ocupa la Societat Ornitològica de Menorca (SOM) y que desde sus inicios ha sido coordinado por Raül Escandell. Estamos hablando de un proyecto de investigación ornitológica y medioambiental basado en la técnica del anillamiento científico con el fin de conseguir datos rigurosos sobre el paso de las especies paseriformes (de pequeño tamaño) en su travesía por el Mediterráneo, desde África hasta Europa.
La información recogida en Menorca nos hablan de la importancia que tienen las pequeñas islas para la supervivencia de millones de estas aves. La Illa de l'Aire fue ayer el lugar escogido para dar a conocer los datos de la campaña de esta primavera, que se ha saldado con cifras esperanzadoras en un contexto de cambio climático. Los responsables del proyecto desvelaron que se han anillado algo más de 3.400 aves de 59 especies diferentes, lo que «supone un pequeño aumento» de las capturas en comparación a la media los últimos 30 años.
Un dato preliminar positivo a la espera de profundizar algo más cuando se elabore el informe completo de la campaña. Explica Escandell que con el cambio climático se ha detectado en los últimos tiempos «un avance en la fecha de llegada de la mayoría de las especies».Algo que, supuestamente, se explica por la falta de alimento en las zonas de hibernación, en el sur del Sáhara. «Cuando en África los inviernos duran menos, se acaban los recursos alimenticios y han de partir antes», explica el coordinador del proyecto.
Añade que la alteración del clima no implica que las especies vayan a desaparecer. «Los pájaros seguramente se adaptarán mejor al cambio climático que los humanos», vaticina. Lo que sí está demostrado con los datos recogidos en Menorca a lo largo de los últimos 30 años «es que de la mayoría de las especies cada vez llegan menos ejemplares». En ese sentido, destaca que las únicas que han crecido en los últimos tiempos son las especies forestales como consecuencia del progresivo abandono del campo.
Aunque las lecturas hay que hacerlas con la perspectiva de la evolución a lo largo de muchos años, que el número de anillamientos haya crecido es recibido como un dato esperanzador. También se ha acogido con alegría la captura de una especie nunca antes vista en la Isla, como es el caso de un ejemplar de collalba rubia oriental (Oenanthe melanoleuca).
Por primera vez, la campaña ha contado con la colaboración de Menorca Preservation. Su directora, Rebecca Morris, destaca «el inestimable trabajo, que no solo nos ayuda a comprender mejor nuestros hábitats, sino que también contribuye a entender cómo podemos ser más eficientes y efectivos a la hora de proteger y preservar nuestro entorno». Desde SOM agradecen también el apoyo del Ayuntamiento de Sant Lluís, de Autoridad Portuaria de Maó y la empresa náutica Merak Diving, así como del grupo de voluntarios, todos ellos artífices de «una campaña de investigación con mucho prestigio», concluye Escandell.