El levante almeriense es la comarca española situada en la parte más oriental de la provincia de Almería, en la que destacó la minería contemporánea desde el siglo XIX hasta los años cuarenta y cincuenta del siglo XX. Un protagonista destacado de la industria minera en esta zona fue el marino menorquín Gabriel Olivar y Squella (Ciutadella, 1777-Eivissa, 1844), que llevó a cabo la explotación de cinco minas de plomo.
La dedicación del ciutadellenc Gabriel Olivar y Squella a la actividad minera en el levante almeriense ha sido descubierta por Magda Navarro Arias, investigadora histórica y organizadora de eventos de la empresa pública Destino Vera que, con el Ayuntamiento de Vera, ha montado la exposición «Luces y sombras», una muestra de la sociedad del sudeste de España en tiempos mineros durante los siglos XIX y XX.
Magda Navarro señala que por el momento ha localizado unas cinco minas de plomo que grabó Gabriel Olivar y Squella, «no fue minería de papel, es decir, aquellas que se graban, pero que no se explotan, sino que tuvieron una gran actividad, él comenzó en abril de 1839, junto con otros, como Ramón Orozco, uno de los pioneros de la industria minera en Almería del siglo XIX», afirma.
¿Por qué Gabriel Olivar y Squella grabó las minas de plomo? Según asegura Navarro, en 1824 el ciutadellenc fue nombrado segundo comandante militar de marina de la provincia de Vera, en 1831 al ser ascendido a capitán de fragata fue nombrado comandante militar de marina de Menorca y a partir de 1836 de Vera, municipio que conocía muy bien. «En aquella época no había militar, farmacéutico, abogado o empresario que no se adentrara en la industria minera, la mayoría invertían su capital en esta industria, como Gabriel Olivar», subraya.
De embarcado por el Mediterráneo y el Atlántico a capitán de navío
Gabriel Olivar i Squella nació en Ciutadella el 4 de diciembre de 1777, hijo de Gabriel Olivar y Sintes, quinto barón de Lluriach, y Antonia Squella y Carreras. El 23 de noviembre de 1793 sacó la plaza de guardia-marina a la Compañía de Cartagena y a partir del 22 de diciembre de 1797 fue embarcado en diferentes barcos por el Mediterráneo y el Atlántico. Entre 1800 y 1815 su carrera fue fulgurante, convirtiéndose en teniente de navío, para después servir a la segunda Comandancia del Tercio Naval de Málaga y en diciembre de 1824 fue nombrado segundo comandante de la provincia marítima de Vera, donde quince años después se implicó en la industria minera. El 17 de noviembre de 1843 fue ascendido a capitán de navío y murió dos meses y medio después en Eivissa.