«Muchas emociones, muchos recuerdos y sobre todo una gran amistad, nacida en plena juventud y que hoy todavía perdura». De este modo resumen sus organizadores el encuentro celebrado el pasado sábado entre aquellas personas que, hace cincuenta años, formaron parte del grupo de majorettes y banda del Centre de Cultura de Es Castell. La formación se estrenó en las fiestas patronales de Sant Jaume de 1973, el día 24 de julio. A partir de allí tuvo oportunidad de actuar en diversos puntos de la Isla, pero acabó desapareciendo al cabo de un tiempo por cuestiones de edad de sus integrantes. «Todavía hoy muchos menorquines siguen recordando este grupo de gente joven», aseguran, «por su bocanada de aire fresco, alegre y colorido».
Aquel grupo estaba formado por unas cuarenta personas, y fueron sus artífices Andrés Ferrer, Pepe Blanco, ambos presentes en el encuentro del sábado, además de Antonio Pinto, ya fallecido, quien tuvo la idea inicial. Casi todos sus componentes, y acompañantes, participaron de este emotivo reencuentro celebrado en un restaurante de Maó, unas sesenta personas en total. «Es cierto que el tiempo ha pasado, y algunos de los componentes ya no están entre nosotros, dándonos cuenta de que aquellas jovencitas, hoy ya abuelas, siguen tan jóvenes, alegres y simpáticas como siempre», comentan.
La actividad duró unos años, hasta 1977, tal y como relató Toni Olives Camps en el libro «Éramos tan jóvenes. Majorettes y banda». La amistad ha perdurado siempre. Hijas de las majorettes pioneras revivieron el grupo unos años más tarde, pero también acabaron por dejarlo por las mismas razones. Ahora deberán ser sus descendientes, nietos o nietas, quienes cojan el relevo. El espíritu perdura.