El lector pensará a tenor del título del artículo que voy a hablar de tan famosísimo pintor malagueño. Por supuesto que no, faltaría más, ya que para hablar de arte hay que ser un entendido en la materia, perdón, en lienzos. No es mi caso particular, ya que siempre he manifestado que una "pintura", o sea, un cuadro, me gusta o no me gusta, importándome un carajo quién lo firme.
Todo viene a cuento de que hace unos días un conocido mío me paró en plena calle… José, li vaig dir a sa teva dona que quan poguessis passessis per es carrer de ca nostra, ja que estic cansada de reivindicar Dalt la Sala s'abandono municipal.
Después de comentarme con todo detalle la problemática vecinal, diciéndome dónde vivía, excursión mochilera con dirección a la calle Pablo Picasso de Mahón.
Cuando llegué a la zona del bar Mediterráneo, pude comprobar que unos obreros del Ayuntamiento estaban embaldosando de nuevo la calle perpendicular a Pablo Picasso. Cuando llegué a la calle del pintor, vatuadell cent llamps, aceras sin embaldosar, la mitad de los árboles desaparecidos, los agujeros que en su día albergaron los mismos sin taparlos debidamente, siendo un verdadero peligro para los viandantes por su profundidad. Lo más curioso es que los árboles aún tienen colgados los "caramelos", o sea, globos de colores, que sirvieron de adorno las pasadas Navidades, además de alguna prenda de vestir, como un calcetín.
Después de la "excursión", entendí perfectamente la impotencia de estos vecinos para convencer a los responsables municipales, según sus propias palabras, para solucionar estas deficiencias.
Las placas de la calle dicen: carrer Pau Picasso. Sin querer entrar en polémica alguna y como mencionaba al principio, sobre los gustos en pintura... a mí me gusta más carrer Pablo Picasso (por ser andaluz universal).
Pintor, de champions league, y calle, de regional.