En cualquier municipio de nuestra isla nos encontramos todo tipo de edificios singulares, bien sean públicos o particulares. En los primeros, los gobernantes tendrían o deberían tener la obligación de dedicar partidas presupuestarias para que su conservación sea idónea, para que cualquier visitante o residente contemple con buenos ojos su estado de conservación. Para eso pagamos religiosamente nuestros impuestos.
Estás de acuerdo, querido lector, que cuando salimos de viaje nos encanta fotografiar todo tipo de monumentos, iglesias, casas consistoriales y, como no, palacios, edificios particulares, por supuesto, si merecen la pena. ¿Quién no ha comprado alguna vez una postal como recuerdo del lugar donde hemos estado?
En la actualidad el visitante ha cambiado los hábitos, a consecuencia de las cámaras digitales y por supuesto teléfonos móviles, captando imágenes, pero lo que no ha cambiado es el buen gusto, fotografiar lo bonito y bien conservado.
En nuestro Mahón, tenemos la suerte de tener un edificio que desde hace muchos años ha sido punto de referencia para pintores, fotógrafos (para la postal pertinente). Se trata de la Casa Mir, una casa de inspiración modernista, ubicada en la principal entrada desde el puerto a la ciudad, frente al edificio de la pescadería, guardándole las espaldas nuestra iglesia de Santa María y la Biblioteca Pública.
El edificio es particular, muy apreciado por sus habitantes y, por supuesto, por sus propietarios, que lo mantienen en perfecto estado de revista, nunca mejor dicho ya que puede servir para la portada de cualquier revista turística.
A finales del pasado mes de septiembre a este edificio lo estaban "poniendo guapo" o sea, lo estaban pintando, paredes, puertas, ventanas, etc. Era motivo de comentarios diversos por los viandantes, pero fundamentalmente de agradecimiento al "pagano" particular, que se gastaba un montón de billetaje para su conservación.
Pero, que puñetas, siempre tiene que haber algún energúmeno al que le gusta joder al prójimo. Pintadas varias para ensuciar las blancas paredes del mismo.
Sabes, apreciado lector, según me informaron varias personas que presenciaron este acto vandálico, que fue durante la noche del día 15 del presente mes. ¿Qué casualidad o no?
Lo que si te puedo asegurar, es que los propietarios de la Casa Mir están verdaderamente indignados.
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