El 14 de mayo del año 2008 publicaba un artículo titulado "El león necesita cirugía estética", y empezaba diciendo: "Hace unos días un escultor amigo mío me comentó que en la fachada lateral de S'Ajuntament de Maó, hay dos esculturas que representan las cabezas de dos leones, las cuales están ubicadas en la parte superior de dos puertas de tan emblemático y precioso edificio del siglo XVII, de estilo barroco y fachada neoclásica. "Quan passis per devant de s'Ajuntament mira't els dos lleons i veuràs que fa pena l'estat de conservació actual". Fue el comentario que me hizo mi amigo, el escultor, que tiene nombre y apellidos pero prefiero guardar su anonimato.
A principios del presente año, o sea cinco años después, volvimos sobre el tema de los leones, fundamentalmente uno en particular que estaba hecho una piltrafa.
Llegamos a la conclusión de proponer a los de Dalt la Sala, que mi amigo, el escultor Antonio Gomila, (hoy sí pongo nombre al mismo), reconstruiría el león de forma desinteresada, siempre que le proporcionaran el material necesario. Teniendo en cuenta los tiempos que corremos, no me atreví a proponer que se usara dinero público para su reconstrucción. Las arcas municipales están llenas de telarañas, era necesario un patrocinador que pagara el material pertinente.
"Fil a s'agulla", llamada telefónica por mi parte a otro amigo mío (que prefiere quedar en el anonimato) para que corriera con los gastos del material para el nuevo león. ¿Qué puede costar?, fue su pregunta. Respuesta mía: 300 euros. Cuenta conmigo, fue su respuesta.
Propuesta a la autoridad municipal competente, y hoy 400 años después de la construcción de las Casas Consistoriales, el león vuelve a rugir.
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