Decía Machado dirigiéndose a las moscas, "vosotras moscas vulgares, me evocáis todas las cosas" y es cierto que, a veces lo más simple, un olor, un sonido, una melodía o la visión de algo o alguien, te trasladan a un mundo de sensaciones y recuerdos que, aunque hayan pasado muchos años, sorprende por su mismo realismo.
Algo parecido ocurre con un elemento tan sencillo y próximo como un acuario iluminado de dimensiones reducidas, con cuya contemplación disfrutamos en la planta baja de la Casa del Director, en la Isla del Rey, cuando cada domingo, a las 8 de la mañana llegamos un pequeño grupo de voluntarios dispuestos a iniciar la jornada.
Allá por 1960, yo conocí antes la Menorca submarina que la de tierra firme. Y desde entonces me cautivaron la limpieza de sus aguas y la riqueza biológica del fondo marino, cosas éstas que me evoca la contemplación del acuario que contiene elementos vivos procedentes de ese fondo marino mediterráneo, que tantas veces hemos podido contemplar en mar abierto. Y, además, cada semana se nos sorprende con nuevas aportaciones que aparecen como por arte de magia gracias a la atención de sus cuidadores. Ha sido una gran idea ofrecer un cuadro vivo, modelo y muestra del mar que nos rodea. Porque estamos en una isla junto a otra isla y es el mar lo que nos une al resto del mundo. Es muy oportuno prestarle la atención que merece con esta muestra.
Marga y Toni lo cuidan, lo mantienen y lo enriquecen regularmente. Merecen nuestro reconocimiento porque sabemos que un acuario requiere de una atención continua para que sus aguas no se enturbien, y los seres vivos que hay en él se encuentren a gusto, en un ambiente estable y adecuado. Además Paz, con el buen gusto que caracteriza a sus obras, ha realizado y ofrecido como fondo añadido al recipiente, un mosaico que aporta un toque agradable al entorno.
Tenemos el mar tan cerca y está tan presente en la vida menorquina que, a veces, se nos pueden escapan estos pequeños detalles que, como las moscas de Machado, configuran nuestro ambiente. Por ello sirvan estas líneas para rendir un pequeño homenaje a la existencia de ese cuadro vivo.
José Mª Vizcaíno Aznar