Al final, nada o casi nada es importante para lo que le pasa al ciudadano. Solo somos parte de las estadísticas. Un número que nos reduce a una categoría que será utilizada según los intereses del Poder.
Este martes se cruzaron noticias sobre el contribuyente. Sí, esa persona anónima, que paga sus impuestos para la caja solidaria y, sin ánimo de ofender, sueldos públicos.
¿Qué es ser pobre? Los datos de la Encuesta de Condiciones de Vida del INE nos dice que el 21,7 por ciento de los baleares están/estamos en riesgo de pobreza. No que sean pobres, que lamentablemente los hay, en toda la extensión y significado de la palabra, sino que tienen múltiples dificultades para equilibrar su balance mensual y que ven al final de mes su cuenta bancaria en números rojos.
Estamos en la precampaña de la campaña que viene de otra campaña que se retroalimenta, desde hace meses, de otra precampaña. Un rizo que voltea y revolotea hasta el absurdo, con promesas de un futuro mejor.
Las pasadas elecciones generales fueron un gatillazo que no solucionaron nada. Es más, dejaron más incógnitas que soluciones. De hecho, y que cada uno haga examen de conciencia, no se hizo nada.
Mientras, los expertos de estadísticas siguen volcando datos que reproducen las agencias. Y ahora toca el tema de la pobreza, como mañana puede ser el personaje con quién te irías de cañas.
Estadísticas basadas en datos y encuestas que, lo siento por la insistencia, nos reducen a un anonimato cruel. Esto es lo que hay.
¿Qué es ser pobre? A esta pregunta hago otra en plan revés made Nadal. ¿Y qué se hace para aplacar las necesidades que golpean a nuestra puerta? ¡Ay!, perdón. Estamos en periodo de promesas, no de soluciones.