La sugerente tesis de este libro científico es que la sustancia primordial del universo es la información. Sostiene José, Enrique Campillo (Cáceres 1948) que todo lo que somos y sabemos y se manifiesta a través de la energía, la materia, el espacio y el tiempo, está contenido en un código binario, cuya unidad es el bit.
Médico especialista en nutrición y alimentación. Catedrático de Fisiología, Premio Nacional de Investigación 1989, por la Sociedad española de Diabetes y autor de libros como La cadera de Eva o La consciencia humana, Campillo demuestra en El Universo en un bit que la información está presente en muchos niveles de la realidad. Desde el átomo hasta las moléculas de ADN con la que se transmite la vida, hay un orden en sus elementos constitutivos que puede ser manifestaciones de un sistema regido por la información posicional. En el caso del los genes está muy claro que son un sistema biológico de transmisión de información.
Sin embargo, el autor va mucho más lejos y apunta que “según todos los datos de la física moderna, la única magnitud física que existía en el primer instante del Big Bang y que fue capaz de impulsar la formación y evolución de todo el universo era la información”. De ahí el título de su libro.
Para la mayoría de nosotros, sino para todo el mundo, es difícil comprender como un estallido provocó todo el universo de la nada. Pero la explicación de que el cosmos tiene como origen la información es realmente difícil de convencernos.
El propio Campillo se guarda las espaldas. “Queda pendiente -afirma- una duda insuperable, entre otras muchas. Si la información es una sustancia y como tal solo existe por sí misma, habría que admitir que esa minúscula cantidad de información que existía antes del Bing Bang ya albergaba toda la información que existe hoy en el universo. ¿En qué formato?”.
Por supuesto ni él ni nadie parece en condiciones de responder hoy a esta pregunta. En cualquier caso, sería más plausible proponer que esa minúscula información original estuviera entrelazada con una también diminuta manifestación de materia y energía tan concentrada que fuera prácticamente igual a la nada.
El universo en un bit plantea otras hipótesis, basadas en nuestro actual conocimiento científico, realmente atrevidas. Señala, por ejemplo, que quizás los humanos somos como la microbiota del universo y “nuestro papel es el de contribuir al equilibrio informativo y aumentar el nivel global de información del organismo que nos alberga, es decir, de todo el universo”.
Por otra parte, el libro nos lleva a una documentada excursión por el mundo de los átomos, la entropía, las células, el cerebro, la historia de la computación, los ordenadores y la revolución digital. La intención de este viaje es poner de manifiesto la importancia de la información como lenguaje de la realidad.
Si Galileo escribió que el lenguaje oculto del Universo es matemático, Campillo propone que también se basa el código binario que solo necesita dos estados para almacenar y procesar cualquier tipo de información y cuya unidad es el bit.
El universo en un bit
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