Aún no había terminado el recuento de daños sufrido el 28 de mayo, cuando la derrota se transformó, este sábado, en cataclismo y adquirió proporciones catastróficas para la izquierda menorquina.
El sentimiento de frustración y de gran siniestro quedó gráficamente expresado en la frase de Pepe Mercadal Baquero, al tomar posesión como concejal de la oposición en el Ayuntamiento de Es Migjorn, donde la alcaldesa Antonia Camps amplía mayoría -el PP crece de 5 a 6 concejales, y el PSOE baja de 4 a 3-. El edil socialista, número dos en la candidatura encabezada por Francina Armengol al Congreso en las elecciones del 23 de julio, comentó: «Nos esperábamos conseguir hoy tres alcaldías, y sólo tenemos una. No entendemos nada».
No es exactamente así, la fractura de la izquierda insular, que cristalizó en el sábado negro del PSOE de Susana Mora y Marc Pons viene de lejos. Las discrepancias que afloraron durante la fallida negociación para el candidato unitario al Senado -con la filtración, desde el PSM, del nombre de una Joana Barceló que no había sido consultada- acentuaron las dificultades en la gestión de los infructuosos pactos municipales de Ciutadella y Es Mercadal.
La impresora sin tinta
Los contundentes reproches de Carol Cerdà durante la campaña electoral provocaron heridas que duelen, y sangran, en el PSM-Ciutadella, con graves acusaciones de deslealtad que no favorecieron el acuerdo.
Y a todo ello debemos añadir la bisoñez y falta de idoneidad de los negociadores designados por ambos partidos, así como las nuevas exigencias que iba añadiendo el PSOE a medida que se iban alcanzando principios de acuerdo. Para empeorarlo todo, la impresora en la sede del PSOE-Ciutadella carecía de tinta para imprimir el inédito documento de garantías que no se llegó a firmar.
Todo saltó por los aires en la madrugada del viernes al sábado cuando los negociadores marcharon a la sede del PSM y fue entonces cuando surgió la petición del PSOE para nombrar a dos cargos de confianza: un técnico en Urbanismo y un asesor jurídico. Esta pretensión fue rechazada frontalmente por los nacionalistas, junto con aspectos a sueldos y retribuciones que aún no han sido desvelados. Ya era demasiado tarde.
Y mientras en Ciutadella se consumaba la tragedia, en Es Mercadal se escribía otro drama para el PSOE: la Entesa se negaba a pactar con el partido de Pedro Sánchez, lo que abría las puertas al acuerdo con el PP y frustraba la elección de Jesús Gomila, que era el sucesor in pectore de Francesc Ametller.
La pinza formada por la Entesa y el PP, cada uno con cuatro concejales, arrebató a los socialistas la alcaldía que han desempeñado los últimos trece años. Ante el pasmo y la incredulidad de los cinco concejales del PSOE -la lista más votada- fue investido alcalde Joan Palliser, candidato de la Entesa.
El segundo batacazo
El fracaso del 28-M, que aportó tan inesperados resultados como el cambio político en el Consell, con Dolfo Vilafranca que relevará a Susana Mora en la presidencia de la institución insular, vivió el fin de semana el segundo acto.
La jornada de investiduras municipales trajo la pérdida de tres alcaldías para el PSOE, que cuenta con una única primera vara, en Maó, con Héctor Pons, que resiste; mientras que el PP desempeñará siete alcaldías: Ciutadella, con Juana Mari Pons; Ferreries, con Pedro Pons; Sant Lluís, con Loles Tronch; Es Castell, con Lluís Camps; mientras que repiten José Luis Benejam y Antonia Camps en Alaior y Es Migjorn Gran, respectivamente. También formará parte el PP del gobierno municipal de Es Mercadal, porque los concejales del grupo popular, que encabeza Cristóbal Pons, pasarán de la oposición a participar en la gestión del Ayuntamiento.
Al PSOE no le quieren
La sensación de perplejidad y «¿qué nos ha ocurrido?» se extendió durante la jornada entre los cargos públicos y dirigentes orgánicos del PSOE-Menorca. Un día aciago para los socialistas, que deben preguntarse por qué han perdido las alcaldías de Ciutadella y Es Mercadal cuando el PSM y la Entesa no han querido pactar con ellos.
No podía acabar bien
El deseo de Pepe Mercadal Baquero -conseguir tres de las ocho alcaldías- chocaba con la realidad. El sábado, al amanecer, el PSOE ya sólo contaba con la de Maó porque la noche anterior se había cerrado el acuerdo de Es Mercadal, entre Joan Palliser y Cristóbal Pons, en cuya negociación intervino el secretario general del PP-Menorca, Cristóbal Marqués Palliser.
Y también habían acabado como el rosario de la aurora las reuniones del PSOE y el PSM en Ciutadella, de las que se había distanciado Ciutadella Endavant. Su concejal, Sebastià Servera, se mostraba dolido por las exigencias de cargos y el reparto de la alcaldía que tanto preocupaba a socialistas y nacionalistas. Todo podía empeorar, y lo que había empezado mal no podía acabar bien.
El desacuerdo era un hecho. Cada grupo municipal iba a votar a su número 1, con lo cual sería proclamada alcaldesa Joana Mari Pons Torres, al encabezar la candidatura más votada. Con fair play, la alcaldesa saliente, Joana Gomila, llamó a las 10 de la mañana a la alcaldesa entrante para comunicarle que sería su sucesora. A las 12.29 minutos se consumaba el cambio político en Ciutadella.
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Preguntas de la semana
- ¿Cuántos diputados de Menorca formarán parte de la mesa del Parlament que se constituirá el martes?
- ¿Cuándo se publicará el nuevo Plan Territorial Insular, aprobado el 24 de mayo, y se podrá empezar a aplicar?
- ¿Incluye el acuerdo de aprobación del PTI, el 24 de mayo pasado, toda la documentación técnica y jurídica?
- ¿Es ético y estético el nombramiento del director de la Agencia Talayótica con gobierno del Consell en funciones y a pesar de quedar segundo en la fase de méritos?
- ¿Dimitirá algún secretario general de las formaciones de izquierda de Menorca?