El almuerzo de los alcaldes en Sa Posada del Toro

Las reuniones itinerantes que celebran los alcaldes y el presidente del Consell en los ocho municipios de la Isla incluyen un encuentro que tiene lugar en El Toro.

La Diócesis pone a disposición de las autoridades menorquinas una sala donde se desarrolla la sesión, a puerta cerrada, con asistencia de los consellers y directores insulares concernidos por los temas a tratar. El jueves este encuentro se desarrolló en el centro geográfico y espiritual de Menorca.

Al concluir, el obispo Gerard Villalonga, con el vicario general, Bosco Faner, invitó a un almuerzo de menú en Sa Posada. Dos hechos le aportan mayor significado y contenido: es el primero que los munícipes y el presidente Dolfo Vilafranca celebran en El Toro después de las elecciones municipales que se celebraron en mayo pasado. Y también es el primero que convoca el obispo Gerard.

Al grano: ¿en qué consistió el menú? Entrantes de jamón y pa de pagès con tomate; croquetas y tartaletas de ensaladilla rusa. El plato principal consistió en un pescado a la plancha con sus patatas y verduras hervidas; y para el postre, un pudding de crema. El que quiso, pidió café y chupito final.

Naturalmente, la cordialidad y el fair play presidieron este encuentro, así como las conversaciones. Héctor Pons, primera vara de Maó, es quien ha notado más el cambio provocado por los comicios locales, ya que hoy es el único alcalde del PSOE, cuando antes había cuatro. Y Joan Palliser, el único que usufructúa Més a través de la Entesa des Mercadal.

Los otros cinco, del PP: Juana Mari Pons, de Ciutadella; Pedro Pons, de Ferreries; Antònia Camps, de Es Migjorn Gran; Lluís Camps, de Es Castell, y Loles Tronch, de Sant Lluís. Los ocho recibieron la bendición episcopal del prelado de Menorca, que les deseó aciertos, sort i ventura.

Lo comentado quedó en El Toro, pero quedó sin respuesta cuántos alcaldes serán caixer batle o batlessa el próximo año.

DE SA FAROLA A SON BLANC

Durante 36 años ha ejercido como corresponsal de TV3 en Balears. Margarita Solivellas Lladó (Selva, Mallorca, 1957).

Este 2023, tras alcanzar la jubilación, ha escrito «Illes escapçades. Cròniques aïllades» editado por La Campana, que presentó ayer en la librería vaDllibres de Ciutadella con la participación de Dolors Boatella y Miquel Camps, el coordinador del GOB-Menorca. El volumen es una recopilación de las crónicas periodísticas de Solivellas, redactadas en clave literaria, sobre casos de corrupción de Balears y algunos proyectos frustrados, con nombres propios de la política y la economía de las Islas.

«Mientras para unos el territorio es un tablero de juego, donde solo cuenta cuál es la mejor jugada -la que llenará los bolsillos de unos pocos-, para otros significa la preservación del paisaje, la identidad y la cultura», explican los editores de este libro. El capítulo titulado «Abordatge» desvela, en parte, el entramado, intereses y complicidades en torno a la ampliación del puerto de Ciutadella durante el mandato 1995-1999, con la irrupción en escena de una desconocida empresa promotora, que ganó el concurso: Inbeda (Inversiones Behring Dhalin), encabezada por el no menos críptico y enigmático Paul Dahlin Douglas.

Además del nuevo puerto en la bahía, aquella inversión incluía una urbanización con 4.000 plazas y un campo de golf que se extendía hasta Cala en Blanes. Ya sabemos como acabó aquella historia: Inbeda obtuvo la adjudicación, pero no llegó a depositar la fianza. El cambio político que propiciaron las elecciones municipales y autonómicas de 1999 frustró el megaproyecto en su totalidad al ser anulada su adjudicación.

Pero la destructiva rissaga registrada el 15 de junio de 2006 volvió a poner sobre la mesa la necesidad de ampliar el puerto de Ciutadella. La decisión política que consensuaron Jaume Matas, Joana Barceló, que acudió a vaDllibres, y Llorenç Brondo, con el PSM de perfil -se sintió burlado al conocer las verdaderas dimensiones del dique- consistió en construir el puerto de Son Blanc, que fue inaugurado en abril de 2011 por Francesc Antich, Joana Barceló y Pilar Carbonero.

Dos personas desempeñaron un papel clave para decidir la ubicación en Son Blanc, descartados los terrenos de Sa Farola: el ingeniero naval Joaquín Coello, presidente del Puerto de Barcelona, y Adolfo Utor, presidente de Balearia.

Doce años después, el puerto de Son Blanc aún no está concluido, como confirman las previsiones del Pla General de Ports de les Illes Balears, aprobado en abril pasado, que recoge las necesidades -espacios logísticos- de una infraestructura portuaria que este año alcanzará los 450.000 usuarios.

FRASE DE LA SEMANA

Antonio Deudero, concejal de Movilidad de Palma: «El bus no es gratis, con la ampliación de la universalidad al final alguien lo está pagando».