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La croata Daša Drndić mezcla ficción y documentación histórica en “Belladonna”

Roto y enfermo en una exYugoslavia rota y enferma

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La escritora croata Daša Drndić (Zagreb, 1946 – Rijeka, 2018) retrata en Belladonna la triste y fracasada vida de Andreas Ban, un psicólogo que se acaba de jubilar. El personaje es un intelectual olvidado y marginado que vive desgarrado entre dos mundos tras la implosión de la antigua Yugoslavia. No se identifica con ninguno de los dos nacionalismos, el serbio y el croata, y siente que su mundo se ha empequeñecido tras la guerra, la ruptura, la intolerancia y la perdida de amigos escindidos en bandos patrióticos.

Como pasó la mayor parte de su existencia entre Belgrado y Zagreb es considerado un extranjero, e incluso un traidor, en ambos mundos. Cuando su país desapareció Andreas Ban volvió de París a Belgrado y fue despedido. Le dijeron: “Ahora eres ciudadano de un país enemigo, eres croata”. Después de toda una vida de trabajo su recompensa es una miserable pensión que no le da para vivir.

Su cuerpo paga la factura de esa gran fractura vital provocada por la miseria de la política cerrada y xenófoba. La ruina de su cuerpo es una metáfora del mundo que le rodea.

Le agobian las consultas médicas, pero padece un doloroso cáncer de mama (mucho más letal en hombres que en mujeres) y diversos achaques que le obligan a pasar mucho tiempo en las instituciones sanitarias. En los hospitales se siente maltratado por los horarios, el apremio a que los pacientes obedezcan, el baño común, la falta de papel higiénico y el “tono de mando”, sobre todo por parte de la mayoría de enfermeras.

Ban es viudo y tiene un hijo al que apenas ve. Su única satisfacción es recordar tiempos mejores y su amargura, reflexionar sobre la desintegración y sobre la Segunda Guerra Mundial.

Como en sus anteriores novelas, Daša Drndić mezcla la historia de ficción de su protagonista con hechos reales relativos a los crímenes nazis a la colaboración con éstos de los nacionalistas croatas en la Segunda Guerra Mundial.

La autora incluye también en la novela fragmentos de poesías y textos literarios de otros autores, fotografías e incluso algunas páginas con las listas completas de los judíos asesinados por los nazis en Belgrado y La Haya.

La novela se convierte así en algo parecido a la belladona, un arbusto que oculta su toxicidad en sus hermosas bayas, hojas y raíces de color negro púrpura. Las bayas contienen una savia agridulce y oscura como la tinta que tiene un potente efecto alucinógeno y que puede llegar a ser letal. Sin embargo, en pequeñas dosis, sus principales principios activos, la atropina y la escopolamina, tienen propiedades que, administradas médicamente, pueden ser positivas.

Belladonna es una novela brutal que describe algunos horrores de la historia mientras su protagonista deambula por “ciudades cuyas avenidas están horadadas y levantadas, sus rascacielos demolidos son ahora chabolas y la oscuridad lo envuelve todo”.

Belladonna

Daša Drndić

Traducción de Juan Cristóbal Díaz

Automática editorial

461 páginas

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