Adolfo Rivadeneyra, diplomático, orientalista, editor y viajero español, se lamentaba en 1871 de que “cuanto sabemos de lejanas tierras tenemos que leerlo en libros escritos por extranjeros, y casi siempre por franceses, cuyas obras por cierto, no brillan por exactas y retratan demasiado el carácter impresionable de sus autores”. Ciento cincuenta años después tenemos un buen plantel de escritores viajeros españoles, algunos ya desaparecidos como Camilo José Cela, Josep Pla, Manuel Chaves Nogales o Javier Reverte, y otros que siguen contándonos con amenidad sus paseos por suelos cercanos o lejanos, entre ellos Julio Llamazares, Jesús del Campo, Enric González y María Belmonte.
A esta selecta lista podemos agregar ahora el nombre de la sevillana María José Montero (1975), que acaba de publicar en editorial Berenice La mujer que besó a Virgilio y otros viajes literarios, un libro en el que nos invita a visitar lugares como Nápoles, Roma, París, Londres, Nueva York o la Costa Azul, en compañía de Lampedusa, Scott Fitzgerald, Stendhal, Keats, Goethe y otros grandes escritores y de entrañables personajes de la literatura.
En una época en la que todos podemos viajar sin mucha dificultad a los destinos más distantes y exóticos, el papel de los libros de viajes no es tanto hablar de las tierras desconocidas sino dar una visión original de los lugares visitados con referencias a su cultura e historia y con un lenguaje rico y vivo que atrape al lector. Eso es lo que consigue Solano, en su tercer libro trotamundos después de “Jerez” y “Una aventura griega” en el que seguía los pasos del exquisito escritor Patrick Leigh Fermor, autor de “El tiempo de los regalos”, su inolvidable viaje a pie por Europa a finales de 1933, a punto de cumplir diecinueve años.
La autora, quien en una de sus páginas se confiesa fetichista, necesita rodearse en sus paseos de mitologías, no solo literarias. Las calles, hoteles, restaurantes y cafés con historia también le ponen, aunque salga de alguno de ellos, por ejemplo del bar Américain del Hôtel de Paris Monte-Carlo, con la tarjeta de crédito vacía después de pedir un bloc de foie gras d'oie y una copa de Chateau d'Yquem.
Por fortuna para la viajera sevillana parece que el dinero no siempre es un problema para poder disfrutar en los más exquisitos y renombrados establecimientos de las ciudades que visita. De este modo, nos hace saber que si Meg Ryan hubiera probado el bocadillo de langosta de Luke's en Nueva York no habría tenido que fingir su famoso orgasmo en la película “Cuando Sally conoció a Harry”.
La mujer que besó a Virgilio y otros viajes literarios viene avalado por los elogios de los escritores Arturo Pérez Reverte. Antonio Lucas, Luis Alberto de Cuenca y del cineasta José Luis Garci quien en el prólogo afirma que gracias a Solano le “ha llegado la hora de viajar sin salir de casa que es otro viaje que se las trae”.
La mujer que besó a Virgilio y otros viajes literarios
María José Solano
Editorial Berenice
201 páginas