Discreto pero audaz e inquieto, tan reservado como emprendedor y perseverante, el médico asturiano Víctor Madera, fundador de Quirón Salud, promotor e inversor, una de las grandes fortunas de España, lleva a cabo, sin prisa pero sin pausa, el ‘proyecto Menorca’.
Bajo la marca Vestige Collection aglutina los alojamientos exclusivos que pone en marcha con su esposa María Obdulia Fernández para rentabilizar las casas señoriales y fincas singulares que van adquiriendo. En julio pasado abrieron su quinto establecimiento: el hotel boutique de cinco estrellas Son Ermità, en Ferreries. Es el tercer Vestige en Menorca, tras inaugurar Son Vell en junio de 2023, y después, Santa Anna, ambos en Ciutadella.
Víctor Madera ha configurado un gran espacio al norte de Ferreries con la integración de tres llocs emblemáticos del municipio: Son Ermità, Binidelfà y Santa Gibet que configuran una unidad de explotación en uno de los espacios naturales de mayor belleza paisajística de Menorca.
Explica el periodista Pablo Castaño en «La Nueva España de Asturias»: «Vestige Collection prepara la apertura de un segundo hotel de lujo, que se denominará Binidelfà y tendrá once habitaciones. Con este establecimiento serán ya seis los que ofertará la empresa de la familia Madera. Pero la expansión no se frenará. Entre los proyectos que maneja está la apertura como hotel de las Torres de Donlebún en Castropol y de cara a 2026 pretende dar el salto internacional».
UN PEQUEÑO YIN Y YANG
Concretamente, cuatro lodges al norte de Namibia en lo que será su primer proyecto fuera de España. Responden al concepto de alojamiento concebido por Víctor y María Obdulia: hoteles con pocas habitaciones ubicados en entorno natural caracterizado por su exclusividad, privacidad, conectados con el entorno, y un diseños arquitectónicos que complementan el paisaje circundante.
Así describe Víctor Madera su proyecto de Ferreries: «dos propiedades con alma, Son Ermità & Binidelfà, comparten una finca rural serena en el corazón de Menorca, una joya natural del archipiélago balear. Estas casas solariegas del siglo XVIII, cuidadosamente restauradas, renacen como dos hoteles boutique, concebidos para ofrecer una experiencia íntima y excepcional. Un pequeño yin y yang en Vestige Collection, una armonía de contrastes: un toque de yin y yang en perfecta sintonía».
La presentación es pura literatura, ensoñación del destino en Menorca: «Son Ermità: tonos dorados, palmeras ondulantes bajo cielos infinitos, con vistas majestuosas a las montañas y al mar. Y en primavera de 2026, Binidelfà abre como contrapunto encantador: una finca de matices rojizos, enclavada en un apacible valle, ideal para escapadas de pura calma. Separadas por un antiguo bosque rebosante de naturaleza pura y virgen. Juntas, forman parte de una finca privada de 800 hectáreas de naturaleza exuberante, con acceso a una costa salvaje y escarpada, grandes extensiones vírgenes y todas las comodidades de lujo que distinguen a una propiedad Vestige».
LA HERENCIA OLIVAR
Fernando Osuna es un avispado abogado que se ha especializado en reclamaciones de paternidad, habiendo obtenido éxitos y también fracasos en sus demandas.
En febrero de 2022 lanzó las campanas al vuelo al remitir a los medios un incendiario comunicado en el que proclamó: «Una malagueña de más de 70 años va a heredar un inmenso patrimonio de un magnate que vivió entre Barcelona y Menorca y que no la reconoció oficialmente como hija». Impetuoso, añadió Osuna: «Al ser heredera forzosa despojará de la herencia a los sobrinos del millonario que viven en Sevilla». Más de tres años después, nada de todo esto se ha acreditado. En cualquier caso, ¿por qué no presentó Aurora la demanda mucho antes del fallecimiento de José Mª de Olivar Despujol?
EN EL SEMINARIO
Un grupo de menorquines que en los 60 y principios de los 70 estudió en el Seminario de Ciutadella recorrió el antiguo convento de los frailes agustinos.
El investigador Gabriel Juliá Seguí, director del Museo Diocesano, guió a estos hombres, que transitan entre los 60 y 70, y les explicó las historias de este edificio, un oasis de paz en el centro de la ciudad levítica y señorial. Fue un encuentro pespunteado por la nostalgia y los recuerdos de aquellos años vividos juntos.
Julià, que no llegó a ser seminarista, en cambio, ejerció como profesor de Física y Química en este centro de formación de la Iglesia de Menorca. Tampoco fue seminarista Ponç Pons. El poeta y escritor de Alaior residió en el Seminario durante los cursos de Bachillerato que realizó en el Institut Josep Maria Quadrado.