En La pregunta 7, Richard Flanagan (Tasmania, 1961) emprende un ejercicio de memoria que trasciende lo autobiográfico para adentrarse en un territorio más vasto: el de la indagación sobre el sentido de la vida y la fragilidad de los relatos que la sustentan. El libro se despliega como un tapiz tejido con fragmentos: la figura del padre prisionero de guerra en Japón, el eco devastador de Hiroshima, los vestigios de la colonización y el genocidio en Tasmania, los itinerarios intelectuales que enlazan a H. G. Wells con la física nuclear. Cada hebra personal se entrelaza con los nudos de la historia universal, revelando que lo íntimo y lo colectivo no son sino dos caras del mismo tejido.
Flanagan no escribe una simple autobiografía; construye un espacio híbrido entre el ensayo, la memoria familiar y la novela de ideas. Su escritura indaga en cómo el azar y la violencia moldean la existencia, pero también en cómo el amor y la imaginación literaria permiten sobrevivir a lo insoportable. La narración avanza con un tono meditativo, a veces poético, que no pretende cerrar explicaciones, sino abrir preguntas esenciales: ¿cuánto de lo que somos proviene de los hechos que vivimos y cuánto de las historias que nos contamos? Al reconstruir una vida, parece decirnos, siempre hay que dejar espacio a la duda y aceptar que todo recuerdo es, en parte, una invención —voluntaria o no—. «Quienes ven el pasado con mayor claridad son quienes nunca lo vieron», escribe el autor con su habitual lucidez.
La pregunta 7 interpela al lector en múltiples niveles: como testimonio de un siglo convulso, como exploración de la herencia y el trauma, y como celebración de la literatura como el único modo de otorgar un sentido —precario, pero necesario— a la existencia. Flanagan reafirma que la vida no se entiende como un relato lineal, sino como un entramado de memorias, azares y ficciones en permanente tensión.
El título del libro proviene de un cuento de Antón Chéjov, donde se plantea un enigma metafísico: las preguntas más hondas son aquellas que quizás no tienen respuesta. ¿Cuál es, entonces, el significado de una vida? Tal vez, como sugería García Márquez, la respuesta esté en saber contarla.
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La pregunta 7
Richard Flanagan
Traducción de Catalina Martínez Muñoz
Libros del asteroide
296 páginas