En la actualidad el ciclismo deportivo, en sus modalidades de carretera y cros se ha impuesto. También en las ciudades el ciclismo urbano de transportes de alimentos y de transeúntes está in crescendo. Desde el punto de vista medioambiental supone un gran logro.
El ciclismo de competición es una modalidad que requiere gran preparación física y resistencia. El ciclismo de competición es reconocido como un deporte olímpico, tiene varias modalidades como: montaña pista, carretera, trial, ciclocrós…
El organismo gobernante mundial para el ciclismo es la Unión Ciclista Internacional, también para eventos internacionales de ciclismo de competición. En general cuando nos referimos a una carrera ciclista, se trata de ciclismo en carretera ya que es la más común y la más profesionalizada.
Los días 17, 18 y 19 de este mes de octubre se realiza la 24 Volta cicloturista internacional a Menorca, dedicada al ciclismo femenino:
– El día 17 el trayecto es desde Maó a La Mola.
– El día 18 de Maó a S’Enclusa (este trayecto es de 100 km).
– Y el domingo día 19 el trayecto es de Maó al Montetoro.
La isla de Menorca ofrece múltiples y variados recorridos para la práctica del ciclismo. Durante todo el año, y especialmente los fines de semana y días festivos, los caminos y carreteras se llenan de bicicletas a cual más vistosa y tecnológica.
El movimiento del pedaleo en la bicicleta no estática, desarrolla ciertas habilidades múltiples siendo uno de los deportes estrella para:
– El desarrollo motor, mantener la bicicleta en posición estable durante horas, mejora la lateralidad, equilibrio, coordinación y la ubicación tiempo espacio.
– Al trabajar ambas piernas, de forma consecutiva, desarrollamos la coordinación bilateral fortaleciendo además el core y brazos.
– La estimulación sensorial es múltiple.
– Mejora la propiocepción, el cerebro percibe las diferentes posiciones adquiridas.
– El sistema vestibular en el oído interno, junto a la cóclea, mejora el equilibrio al activarse.
Históricamente, la primera vuelta ciclista competitiva fue registrada el 31 de mayo de 1868 a las afueras de París y ganada por James Moore en una bicicleta de madera de piñón fijo y ruedas de hierro.
La práctica del ciclismo, con su pedalear como movimiento característico, favorece la segregación de endorfinas. Salir en bicicleta produce felicidad, placer, euforia y bienestar. Reduce el estrés y la ansiedad activándose la hormona que ayuda al cerebro a regular la respuesta al estrés, la noradrenalina.
Se produce una desconexión sobre todo tipo de preocupaciones y compromisos, llegando así a un estado de tranquilidad mental.
Cuando el ciclismo se practica en grupo, además de las endorfinas que genera este deporte por sí mismo, la participación de varias personas al unísono las aumenta.