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Cartas de los lectores

Defender
la alforja
Del folklore mallorquín, con el máximo respeto hacia el Sr. Iñaki. Le decía un padre a su hija: "Volies anar a Can Frau i t'afinaren es trau. Ara plores? ¡Antes, antes!".

Se comprende su frustración, impotencia y desasosiego. Cuando hace tiempo veíase venir la plaga que nos azota, miraban hacia otro lado. Durante esos años, quienes tienen la alforja asegurada, aplaudían las palabras de Dña. Barceló sin ir más lejos. Defendían con ahínco el sistema, lo tenían todo controlado. Hoy, se sienten engañados cuando hasta hace unos días, sostenían lo insostenible.

Están escandalizados, porque tendrán que apretarse el cinto. Cuando una más que significativa mayoría, hemos agotado el cuero. Ahora, nos piden salir a la calle en su defensa. Ahora que le han visto por fin las orejas al lobo. Lo hacen con un discurso trasnochado, pasionario incluso: no podemos permitir que "el pepe", sea el partido de los trabajadores. Olvidaron, ¡no pasarán!.

¡Faltaría más, oiga! El partido de los currantes será el que ustedes manden. A la serpiente capitalista hay que liquidarla. Ella es la culpable de los males que nos azotan, desde que le pasó aquello a Adán en el paraíso. Cuando se comió la manzana, lloró desconsolado. Caminito de Jerez, le decía Eva: ¿ahora lloras?, ¡antes, antes!.

Bartolome Ruz Sánchez
Ciutadella

¿Hubieran podido hacerlo?
Acabo de llegar de Barcelona, donde al alcalde Hereu, aún le retumban los oídos de la bofetada que le han dado sus conciudadanos en el referéndum de la reforma de la Diagonal y maldiciendo la hora que se le ocurrió consultar al populacho para que refrendara su "genial" idea de reforma de la vía barcelonesa con tranvía por el lateral o tranvía por el centro, apoyada por Iniciativa de Catalunya-Verds ( hay que pactar con quien sea para tener el poder) y pensando como después de haber despilfarrado tres millones de euros en propaganda de su idea y montaje del referéndum, la respuesta ciudadana haya sido tan minoritaria (14% de participación) y tan negativa a sus intereses, revés que ha encajado, en vez de dimitir, defenestrando al número dos del Ayuntamiento porque dio la cara por el tema, y a la Gerente de Información porque el sistema informático montado para la votación falló más que una escopeta de feria a pesar de los muchos millones gastados. (Como en ajedrez, hay que sacrificar peones, para salvar al rey). Afortunadamente de vez en cuando (poco) el pueblo piensa por sí mismo y da la espalda a sus nefastos gobernantes, como ha sido en este caso, aunque me extraña que se arriesgaran a la consulta con la controversia por la reforma que había, ya que nadie que ostenta el poder convoca un referéndum si no está seguro de ganarlo, lo que pasa es que a veces la soberbia los pierde, y como que están instalados en un mundo irreal, dejan de tener contacto con la realidad de la vida cotidiana y el hartazgo de sus administrados y así les va.

Esta historia del alcalde Hereu viene a cuento al pensar que si aquí en Menorca, se hubieran hecho referéndums para las obras que Ayuntamientos y Consell han llevado a cabo ( en Maó, José Mª Quadrado, Anselmo Clavé, el posible cierre del centro de la ciudad, etc., y en Ciutadella entre otras, Contramurada, carril velo, plaça des Pins, y por parte del Consell, la ¿reforma? de la carretera de Maó- Sant Lluís , etc.), obras que por su envergadura modifican para siempre la fisonomía de las ciudades, eso sí modificación hecha al gusto de los gobernantes de turno, y su ideología, con el dinero de todos, me pregunto (y no espero respuesta) que si hubieran sido puestas a referéndum de los ciudadanos de las localidades respectivas, si se hubieran llevado a cabo tal y como se han hecho.

De todas maneras, nuestros gobernantes han sido más listos que el alcalde Hereu y han tirado "p'alante" las reformas, sin consultar a los administrados por lo que pudiera acontecer y aquí quedarán para siempre, gusten o no gusten, aunque siempre les queda el manido recurso de decir que así se "pacifica" la ciudad, creando una ciudad feliz para pasear, (que está muy bien) pero donde los problemas de quienes trabajan en ellas y crean el tejido productivo y que sufren todos los inconvenientes de la ciudad feliz, poco les importa a quienes las diseñan en la comodidad de sus despachos, y que viven de los que producen y de espaldas a ellos, por lo que estos problemas les tienen sin cuidado. A fin de cuentas la opinión del pueblo les importa poco, solamente cada cuatro años, para rascar los votos suficientes para seguir gobernando, aunque sea pactando, o sacar los mínimos para ofrecer el pacto, y seguir viviendo cómodamente de los administrados, olvidándose que están a su servicio y no nosotros al de ellos, pero este es otro tema y lo único que me preguntaba es que si las obras que han modificado para siempre la fisonomía y el funcionamiento de nuestras ciudades, se hubieran llevado a cabo si hubiera habido un referéndum vinculante. Pensémoslo sólo un momento.

ALFREDO BENOSA MAJOS
Sant Lluís

Més sobre la visita d'en Franco
Des de molt enfora de Menorca he seguit gràcies a internet la noticia i els comentaris posteriors.La crònica de na Saborit es respectuosa amb els fets que va publicar el Menorca aquell dia. No si li veu cap "plumero", i explica objectivament uns fets. No hi hem vist més que açò. Es un record d'uns fets, que agradin o no, van succeir a sa nostra Illa fa no menys de 50 anys. Al menys així ho veiem des de la ponderada perspectiva que dóna el trobar-nos a 11.000 km. de sa Roqueta.

Es per tot acò que al veure com es treia de context una simple efemèride històrica per part de alguns comentaristes i fins i tot algun article ens hem sentit decepcionats. Cada vegada que tornem a Menorca comprovem com per una part notable de menorquins la divisió entre dretes i esquerres, entre leals i feixistes, entre guanyadors i perdedors d' una guerra civil de fa més de set dècades, sembla estar viva com si fossin fets d'avui. Veiem que fins i tot moltes persones que per edat no visqueren aquells tristos anys i han tingut la gran sort de néixer en una Espanya moderna i democràtica segueixen mantenint la flama de l'enfrontament quasi dogmàtic d'esquerres i dretes.

Els que varem viure els negres anys de la nostra guerra i de la no menys negra postguerra se'ns va eixamplar el cor quan Adolfo Suárez i el seu invent de la UCD va portar a terme una transició que hem de escriure en majúscules.Reconciliació de tots els espanyols en un país democràtic modern. Esborrar per sempre la imatge de les dues Espanyes d'en Machado. Iniciar un nou camí dins d'una Europa Unida i mirant sempre endavant. Educar als nostres fills en el respecte a les idees dels demés, en la tolerància i en una paraula en la democràcia.

Ens pareix que a Menorca l'aspecte tan positiu de la transició no ha sigut del tot assimilat, no ja pels qui avui estem al tram final de les nostres vides, sinó lo que ens sembla molt més greu, per les noves generacions. Aquestes reflexions se'ns han acudit al llegir bastants dels comentaris en la edició digital del Menorca. Per sort internet ens ha portat aquesta meravellosa possibilitat de donar la nostra opinió a cada notícia I així saber el que pensen alguns lectors. Seria molt important que totes les notícies i tots els escrits del diari tinguessin la possibilitat de afegir-hi comentaris. Així ho demanem formalment des d'aquí a la redacció del Menorca digital.

Amb el màxim respecte per totes les opinions, i encara amb més respecte per totes les famílies dels morts d'un i altre ban, no oblidem el passat però mirem cap al futur. Fa pena veure com a l'únic país de la Unió Europea on encara s'utilitza el binomi esquerres i dretes a diari es el nostre. Tancaré amb una anècdota. Un dels meus bons amics alemanys, al que vaig dur a enamorar-se de Menorca i que de jove havia saltat en paracaigudes sobre Creta amb la Wehrmacht quan sortia a la nostra conversa el SPD (Partit Socialista Alemany) no podia evitar referir-s'hi sempre com "die Roten" (els rojos).

Espero que les noves generacions, de dretes i d'esquerres, captin el sentit de les nostres paraules i respectin als adversaris polítics perquè tots som menorquins i tots volem lo millor per Menorca.

Francisco Caules Sintes
Bangkok

La sanidad pública de Menorca, tercermundista
Soy un vecino de Ciutadella de Menorca y paciente de la Seguridad Social. Sufrí un infarto por el que tuvieron que operarme y realizarme tres by-pass. A consecuencia de esto, sigo un riguroso control médico basado en gran cantidad de medicamentos y revisiones periódicas.

El pasado 3 de mayo, tenía mi cita periódica con el cardiólogo, anteriormente me habían realizado un electrocardiograma y una analítica completa, pero seis días antes recibí una llamada telefónica del Hospital Mateu Orfila anulando dicha cita. Todo ello sin darme una explicación pero asegurándome que en breve me darían otra cita.

A día de hoy, sigo a la espera. La receta electrónica de uno de los medicamentos está a punto de caducar, lo que significa que en muy breve no podré disponer de dichas medicinas, ya que sólo él me puede realizar dicha receta.

Ante toda esta situación, decidí ir al Centro de Salud Canal Salat y exponer todos los hechos. Su respuesta fue silencio y que sintiéndolo mucho no podían ayudarme ni hacer absolutamente nada. Me explicaron que el único cardiólogo del que disponíamos en Menorca se ha pasado a la sanidad privada, hecho muy lógico si tenemos en cuenta el descontrol que existe, y tiene que desplazarse uno desde Palma para todas las consultas de Menorca. Me dijeron que la fecha para mi cita se alargaría bastante y que tuviera paciencia. ¿Paciencia? ¿Me dicen que me quedaré sin mi medicina y que tenga paciencia? Les pedí por favor que necesitaba ayuda y lo único que pudieron hacer es darme el teléfono de atención al paciente (971487295) y que hiciera una queja. Por desgracia ya había llamado varias veces a este número y nunca había obtenido ninguna respuesta, cosa que les advertí y a lo que me contestaron que seguramente lo tenía erróneo pero este era correcto.

Pues bien, llevo cuatro días llamando entre seis y siete veces por día, y aún estoy esperando que alguien me responda. Aún no he conseguido hablar con nadie, lo he probado a diferentes horas y nada. Totalmente imposible. Mi duda es, o tienen muchas quejas que siempre están atendiendo el teléfono o simplemente pasan y no quieren cogerlo.

¿Qué pasa realmente en Menorca? ¿Es algún recorte presupuestario del Consell o del Govern? ¿O simplemente hay demasiada población? Porque hay que tener en cuenta que todos los funcionarios cuentan con seguro privado a través de Muface, ninguno de ellos tiene que sufrir los colapsos o las largas listas de espera, así que, a quién le importa de verdad este problema. ¿A los trabajadores del Canal Salat? ¿A los del Hospital Mateu Orfila? ¿A los portavoces del Consell Insular de Menorca? ¿A los del Govern Balear? Os ahorraré pensarlo, a nadie. Nadie está haciendo nada por nosotros. Y hay que tener en cuenta que ha empezado la temporada turística, y en breve se llenará todo de turistas.

¿Qué les diremos? Pues la verdad, que no tenemos ningún cardiólogo en Menorca.

Santiago Gomila BAgur
Ciutadella

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