No necesitan mentir y si lo hacen, como lo hacen, es que se sienten culpables. Las diez familias que fuimos desalojadas de nuestras casas en el puerto de Mahón no usurpábamos nada.
Nuestro puerto fue envenenado en los años 70 por vertidos contaminados que mataron a los animales que vivían en sus aguas. Los pescadores, los marisqueros que las explotaban para ganarse la vida, las abandonaron y vendieron sus concesiones a quien se las quiso comprar. Durante muchos años, muchos, la paz y la buena convivencia reinó en ese lugar mágico del puerto de Mahón hasta que un mariscador, Maurín, «conocido por todos», denunció el uso que los que allí vivíamos hacíamos de las casas, incluido él y su familia, y lo que eran concesiones de 90 años, pasaron a ser de 17.
La Administración, esa Autoridad Portuaria que tan poco ha hecho por nuestro puerto, vio como le caían en las manos, sin comerlo ni beberlo, esas casitas que con tantísimos esfuerzos habíamos mantenido en pie.
El domingo leo en nuestro MENORCA · «Es Diari» que «las van a demoler por su abandono y degradación». Mentira, las van a demoler porque las abandonaron a su suerte y no dejaron que sus propietarios siguieramos teniéndolas mantenidas y cuidadas a la perfección.
No mientan más que ya no creemos ni una sola de sus palabras. Ni en La Solana, ni en cala Figuera, ni en el Fonduco ni en cada rincon abandonado de un puerto que es la joya de la corona de Menorca.
Ustedes no trabajan para los ciudadanos, a ustedes no les importa el resultado de sus decisiones tan equivocadas, jamás nos dieron la oportunidad de dialogar, de explicarnos.
Ustedes no tienen que dar cuenta a ningún mahonés ni mahonesa, ustedes solo sirven al Ministerio de Fomento en Madrid que jamás ha sabido de qué les hablábamos cuando fuimos a pedirles socorro.
Ahora resulta que nuestras casas se han degradado tras el abandono forzoso del que son ustedes responsables y tienen que destruirlas.
Ustedes no tienen perdón de Dios.