Balears crece, lejos de las tasas anteriores a la crisis, y sale lentamente de la recesión que arrancó durante el segundo semestre de 2007. Pero soporta muchos lastres, problemas e hipotecas.
Es una de las comunidades donde más aumenta el riesgo de pobreza. Sufrimos un sector público mal financiado, desequilibrios y la desconfianza que provocan, entre emprendedores e inversores, los sucesivos cambios en las normas, leyes y planes provocados por los vaivenes políticos. Muchas dudas y demasiada incertidumbre.
Es preciso transmitir seguridad jurídica y normativa para reactivar la actividad económica. Al mismo tiempo deben incrementarse las inversiones públicas con una mejor financiación, para integrar a los sectores más desfavorecidos.
El archipiélago -Menorca arroja la peor evolución- ha registrado un gran incremento de población en veinte años. Hoy ya supera 1.100.000 habitantes. Somos una comunidad pequeña y muy solidaria, con poco peso político, que precisa más recursos para afrontar los riesgos de pobreza. Se impone firmeza y la unidad en la reivindicación con el apoyo de la sociedad civil. En caso contrario, este problema se agravará.