Europa ha sufrido una ola de calor con temperaturas extremas como los 42,6 grados alcanzados en París, un registro histórico, al igual que los anotados en Bélgica, Alemania, Luxemburgo y Holanda y el Reino Unido. Pero también se han producido dos víctimas mortales: una mujer de 66 años mientras tomaba el sol en Middelkerke (Bégica), mientras que en Granada un hombre de 85 años falleció por un golpe de calor. Son algunas de las consecuencias del calentamiento global y el cambio climático cuyo impacto llega al 98 por ciento del planeta. En 2015 la ONU aprobó la Agenda 2030 sobre el Desarrollo Sostenible cuyo objetivo 13 consiste en adoptar medidas urgentes para combatir el cambio climático y sus efectos.
El posterior Acuerdo de París, de noviembre de 2016, exige limitar el aumento de la temperatura global a menos de dos grados para reducir las emisiones contaminantes. El cambio climático afecta la salud y el comportamiento de las personas, aumenta el riesgo de incendios forestales y perjudica el funcionamiento de plantas energéticas, equipos y sistemas de producción y transporte. No se pueden demorar los planes, pero teniendo en cuenta que no se conseguirán resultados en varias décadas.