El tráfico de pasajeros en el puerto de Maó se ha duplicado durante el segundo trimestre, con un incremento del 92,6 por ciento que consolida un cambio de tendencia. Y el aeropuerto ha recuperado viajeros en julio, cuyo tráfico crece un 0,8 por ciento respecto a julio del año pasado gracias al aumento protagonizado por el mercado nacional -se disparan las llegadas de Madrid mientras se estanca la ruta con Palma- que compensa la caída de los turistas procedentes de Gran Bretaña, Italia y el mercado escandinavo.
O sea, Menorca está recibiendo este año más visitantes. Un crecimiento que no se corresponde con el gasto turístico, según recoge la encuesta realizada por PIME-Menorca. Un 49,80 por ciento de los establecimientos consultados por la federación empresarial afirma haber perdido negocio en relación a julio del 2018, y sólo un 20,78 por ciento contesta haberlo aumentado. Las empresas turísticas, además de ver disminuida su facturación, deben afrontar el aumento de los costes de explotación, principalmente laborales, lo que afecta de forma negativa a la rentabilidad. Unas cifras que invitan a la reflexión sobre el acierto y viabilidad del modelo turístico de Menorca.