El Govern que preside Francina Armengol ha aprobado el techo de gasto para el 2020, que asciende a 4.383 millones de euros, cincuenta menos que este año, lo que supone un descenso del 1,1 por ciento. Más que las cifras, lo más llamativo es que el Ejecutivo autonómico se ve obligado por el Gobierno de Pedro Sánchez a aplicar más recortes en Balears cuando el archipiélago forma parte de las autonomías peor financiadas.
Las cuentas de la comunidad balear siguen instaladas en una virtualidad que pesa como una losa con un endeudamiento que genera costes crecientes y el riesgo de colapsar las instituciones. Es preciso romper esta dinámica tan perjudicial.
La sintonía política entre Armengol y Sánchez explica la aceptación de este maltrato financiero, que repercute en la calidad de los servicios públicos. Por ejemplo, el convenio de carreteras se ha reducido a la mitad. La redacción de los presupuestos autonómicos del 2020 es muy complicada con un Gobierno en funciones y a expensas de los resultados electorales del 10-N. Muchas dudas pesan sobre las próximas cuentas. Armengol anunciaba recortes hace pocos días, ahora falta saber dónde aplicará los tijeretazos.