La presidenta del Govern, Francina Armengol, anunció ayer en el Parlament que el Govern mantiene contactos con las autoridades alemanas para acelerar la apertura de los aeropuertos y la reanudación de los vuelos; pieza indispensable para poder afrontar con ciertas garantías la temporada turística. El esfuerzo político desde las Islas pretende amortiguar el impacto económico y laboral que supondría prolongar el aislamiento de las Islas, aunque resulta impensable ‘normalizar' la actividad turística durante los próximos meses. En todo caso, en un escenario tan nefasto como el que se avecina, Balears no quiere perder protagonismo frente a sus competidores; la marca es el valor a explotar en estos momentos. La posición del Govern no puede ser incompatible con las exigencias de conexiones seguras, desde la óptica sanitaria, con nuestro principal mercado turístico. Se trata de establecer protocolos de control en los aeropuertos de origen sobre los pasajeros, medidas que agradecerán los usuarios y que también son exigibles desde las Islas. Evitar el descalabro de la economía balear pasa, inevitablemente, por aprovechar todos los resquicios de la crisis. La coordinación política, institucional y la implicación empresarial del sector pueden evitar la asfixia económica. Ese es el objetivo.
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