La decisión de congelar el sueldo de los trabajadores del Govern para este año, una medida que es muy probable que se amplíe al 2021, resulta lógica por el impacto de la crisis. La recesión económica en Balears, la región de España más afectada, obliga a replantear los discursos para atender las numerosas necesidades en materia de asistencia social y sanitaria.
Ante un escenario de desaparición masiva de empresas y destrucción de empleo, la congelación salarial de los funcionarios es un mal menor en relación con los miles de trabajadores del sector privado que han visto recortados sus ingresos por los ERTEs y por quienes se hallan hoy sin empleo.
El Govern no plantea reducir las plantillas al haberse comprometido a ampliar las dotaciones de personal docente y sanitario. La reacción de los sindicatos pondrá a prueba su empatía con el conjunto de la masa laboral de las Islas. Aunque el próximo año también se verá afectado, se espera una recuperación más rápida. Las razones de esta crisis, de alcance mundial, están identificadas; pero también cómo podrá remontarse con rapidez. Es cuestión de negociar las condiciones laborales de la futura etapa postcrisis.