El sábado entró en vigor una nueva medida del Govern, sin aviso ni comunicación previa, que forma parte del capítulo de ocurrencias, bandazos e improvisaciones en los planes y cambiantes normas contra el coronavirus en Balears. Consiste en la prohibición expresa para que los clientes puedan utilizar la barra en los bares y restaurantes, una restricción generalizada que el Ejecutivo aplica por igual en Mallorca, Menorca e Eivissa, con independencia de cual sea la situación epidemiológica y la tasa de contagios de cada isla.
A pesar de que Menorca presenta una incidencia de 84 casos por cada 100.000 habitantes frente a los 188 de Mallorca y los 140 de Eivissa, la medida se exige también a los establecimientos menorquines. Para lograr que se cumpla, agentes de la Policía Local de cada municipio están informando a los propietarios y responsables de bares y restaurantes que deben alejar e impedir el acceso de los clientes a la barra. Esta nueva prohibición, que ha aprobado por sorpresa el Govern, provoca malestar e indignación entre los profesionales del sector. A todo ello se desconoce cuál es la opinión y el criterio del Consell. ¿Es una medida lógica y de sentido común?