Nombrada por los obispos en diciembre de 2017, Natalia Peiro Pérez ha sido la primera mujer que desempeña la secretaría general de Cáritas Española, entidad de la que afirma que «no es un club de buenas personas, porque es el brazo de la Iglesia cerca de las heridas del mundo». Durante dos jornadas participa en los actos conmemorativos del sesenta aniversario de la creación de Càritas Diocesana de Menorca, en el que sobresale la conferencia que pronuncia esta tarde en el Seminario en el que aportará la mirada de la entidad sobre los retos sociales y la realidad de la exclusión social, hoy.
Cáritas Española, el gran valedor social de la Iglesia católica, se constituyó en Menorca en septiembre de 1964, pero años antes, desde Acción Católica, las parroquias de la Isla ya habían organizado grupos de apoyo. Como explica el obispo Gerard Villalonga, «durante sesenta años, Càritas ha atendido en la Isla las familias y las personas en situación de precariedad y exclusión social». Hoy lleva a cabo sus servicios en Menorca con un equipo de treinta empleados y más de 250 voluntarios que durante el 2023 atendieron directamente a 1.860 personas con un total de 2.635 beneficiarios. Es el ejemplo de seis décadas de compromiso y dedicación a los menorquines.