La reunión que han celebrado Pedro Sánchez y Marga Prohens ha evidenciado la gran distancia que existe entre el Gobierno central y el Govern. De entrada, podría interpretarse como una mala noticia para los intereses de Balears, pero cuando ha existido sintonía entre Madrid y Palma, las Islas tampoco han recibido un trajo justo. Prohens –al igual que los barones ‘populares’– intenta erosionar la figura de Sánchez. Hasta ahora, Pedro Sánchez ha dirigido mensajes a Isabel Díaz Ayuso, pero poco más. El presidente del Gobierno dirige el país con equilibrios más propios de un funambulista que de un político. Su desgaste es evidente porque sacar adelante cualquier propuesta o cualquier ley implica escalar el Everest. Este hecho, unido a los incendios judiciales que le rodean, alejan a Sánchez de la realidad, que son muchas realidades. Este distanciamiento –traducido en desconocimiento– de lo que ocurre en cualquier otro sitio que no sea Madrid, explica que el presidente del Gobierno propusiera a Prohens abrir nuevos mercados turísticos, en concreto el asiático. Sánchez debe saber que en Balears se persigue la contención turística y que la masificación es una de las principales preocupaciones de la ciudadanía. Un mensaje equivocado cuando es necesario un amplio acuerdo para aprobar y aplicar límites.
Sánchez, alejado de la realidad de Balears, que busca la contención
Editorial | Menorca |