La abstención de Maite de Medrano, consellera no adscrita desde que fue expulsada de Vox, y el voto de calidad del presidente Adolfo Vilafranca allanaron ayer la aprobación de los presupuestos del Consell para 2026. Con escasa oratoria, de Medrano no explicó ni concretó, durante el pleno, el contenido, calendario y alcance real de unas iniciativas negociadas sin luz ni taquígrafos, que habrían sido aceptadas el Partido Popular.
Pero ayer tarde la exconsellera de Vox difundió un comunicado bajo el título «Propuestas consensuadas entre el partido de gobierno en el Consell insular de Menorca (PP) con la consejera no adscrita Maite de Medrano de Olives para que salgan adelante los presupuestos 2026». Entre otras, la «cooficialidad real y efectiva del castellano/español y la lengua regional en el Consell», «seguir impulsando el menorquín y las tradiciones menorquinas», «implantar una Semana de la Hispanidad» y una «Semana de la Cultura, Arte y Arquitectura en Menorca».
Pero una cosa son las propuestas y las intenciones, y, otra, los hechos y las realidades. Habrá que ver cuál es el alcance real y el desarrollo de estas ideas, que oscilan entre lo sorprendente y lo chocante, así como la dotación presupuestaria y grado de ejecución. Unas medidas que suscitarán viva controversia.