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Bar La Marina, 124 años en el puerto de Mahón

Finales de 1800. Fotografía inédita hecha por un inglés, cuesta de la Marina. En el frente se aprecia el pie de la pescadería (Archivo M. Caules)

Margarita Caules Ametller

Si en los años 20, se inició en Barcelona, según me explicaba el mecánico de la motora de la Mola, el derrocamiento de la Muralla del Mar en es moll de la Fusta, protectora de los piratas berberiscos, lugar lleno de leyendas, con sus cafetuchos, entre ellos el de La Marina, uno de los lugares, donde se encontraban, gitanos, toreros y chulos. A continuación añadía, que lo mismo se podría decir, del que con el mismo nombre, se hallaba y aún hoy continúa sirviendo a un público fiel de tota sa vida, ubicado en nuestro baixamar. Donde el amanecer de unos, se unía a la inacabada noche, de otros.

Los señores, al retirarse de los casinos, bajaban las estrechas y polvorientas callejuelas que se encuentran enumeradas en los padrones con los números 16 y 17, que el pueblo llamaba calle de la Marina y Rampa de la Abundancia.
Lo hacían, con la excusa de beber el último espiritoso, antes de estirar su figura en mullidos colchones, que sus criadas se esforzaban, por mantener ben estufats. Allí, en aquel café de La Marina, a la misma hora, justo con el alba, llegaban otra clase de clientela, saboreando el primer café, para coger fuerzas con un gin que los holandeses enseñaron a tragar sense fer carotes, estos, es homos de moll, compuesto por falueros de distintos cuerpos de la armada, carreteros, bastaixos, guardias de mar, cordeleros, pescadores, mariscadores, tintoreros, canteros, alfareros, tejedores, bodegueros, calafates y viejos maestros de ribera que olían a madera y mar, porque lo único que sabían hacer era trabajarla con gran esmero, para que otros surcaran los océanos, de los que tanto oían hablar, a los patrones y contramaestres de los veleros que venían a repostar? Gori, me lo iba exponiendo y lo decía con conocimiento de causa, no en vano, desde su más tierna edad, siempre trascurrió en es moll.

En aquel bar de la Marina, vivió uno de los episodios más bonitos de su juventud, su primer amor, Catalina, la hija del patrón de la falúa, sobrina de Carmen Ros natural de Andratx, responsable junto a su esposo del viejo cafetín.

Tal vez por esto, por el compendio de cosas, aprendidas por boca de mi padre, el día que me llamó, José Mario Pons Cardona, responsable de La Marina, pidiéndome por favor, li donés sa mà, averiguando cuanto me fuese posible sobre su establecimiento, ni pude, ni supe negarme, esperando no defraudarle.

Lo que sí, debo hacer, mejor dicho me veo obligada a ello, desde este mi rincón del diario "Menorca", pedirle disculpas, si tardé más de 365 días. Mi trabajo constante volcado en es lloc de sa figuera, me priva de infinidad de horas que diariamente dedicaría a enrollarme como dicen los modernos, entre carpetas, legados y paperum de s'any de sa picor. Agradeciendo al equipo humano, de la biblioteca pública, entre ellos a Nineta y Carmen y por supuesto su director. Sin su apoyo y amabilidad me sería totalmente imposible ejercer mi trabajo.
Así es Mario, toma asiento y disponte a leer atentamente, esperando sea de tu interés.

La cosa no ha sido tan fácil como en un principio intuí. Lo que sí está claro, que nada tiene de extraño el nombre de tu local. La Marina. Con el mismo, se fueron bautizando a lo largo de los tiempos, infinidad de cafés, llamados, primero bodegones, después tabernas y, más tarde bares. Locales cercanos en los muelles a lo largo del litoral español y también en el extranjero, según he podido saber, no se devanaven es cap, como tampoco se complicaban en ello, es más, diría yo y creo no equivocarme, que era el mismo público quien lo denominaba tal cual. Por su proximidad con el mar, en tu caso, por la cercanía con la calle del mismo nombre, por ser frecuentados por marinos y que nuestro puerto tanto supo de singladuras nacionales y extranjeras.

Rampa de la Abundancia o calle de la Marina, año 1881.
Bajada a baixamar o subida a la ciudad según se mire, cantidad de casas, negocios, almacenes, bodegones, el cuartel de Carabineros y la iglesia de San Pedro. Llamándome la atención, las dos bodegas, una en la esquina, digamos de bajada a baixamar, a nombre de Romualdo Esteve Durán de 52 años natural de Valencia con 30 años en ésta, casado con Margarita Fontcuberta Sans. Con dos hijos Romualdo de 19 y Margarita de 18. En la otra esquina de la misma acera, cap de cantó en baixamar otro bodeguero, Matías Valor Durán de 35 años también de Valencia, casado con Maria Rosa Lerma de 34. Ignoro si lo de coincidir con el apellido Duran es pura coincidencia o si efectivamente eran familiares.

Con anterioridad a 1885, poca cosa figura en el padrón y por supuesto, nada que se parezca a un local de bebidas. Apenas 5 ó 6 almacenes que albergaban a varios pescadores y zapateros, gentes llegadas de otras poblaciones de la isla, a buen seguro en busca de trabajo. Eran momentos difíciles para la economía menorquina.

No es, hasta 1885, que se encuentra en el Andén de Levante una botillería. La numeración nada tiene que ver con la actual, por aquel entonces figuraba el 21, a cargo de Santiago Cáceres Blazquez de 27 años, llevaba 3 en Mahón. Natural de Tejada (Salamanca) casado con María Barrachina Salvador de 33. Nacida en Candiel (Castellón), con 6 años de residencia en esta. Siempre he sostenido, y creo no equivocarme, soy del parecer, que estos fueron, los fundadores del lugar, de La Marina. Por lo cual, me da un saldo de 124 años de servicio al público, el más antiguo de nuestro Baixamar.

6 años después, 1891, la misma pareja con un hijo de la esposa, 14 Ramon Pérez Salvador, nacido en Candiel. Con la particularidad, que el número de la calle, figuraba el 11. Lo que puede ser y, me da que pensar, fuese una equivocación al poner el 21.

Continuaba un almacén y otra taberna, regentada por Miguel Hernández Marcos de 32 años, nacido en Salamanca. Casado con Mariana Escrivá Victory de 24, natural de Mahón. Tenían 3 hijos, Miguel , Juan y Manuel , de 4 , 3 y 2 años respectivamente.

1896.- Según un extracto de impuestos y consumos, La Marina era regentada por José Pons Sintes, declarando que en su local disponía de:
106 litros de vino; 17 de aguardiente 50º ; 104 aguardiente 45º; 48 de 30º; 20 de 15 º y 184 litros de licor.

1900.- Antonio Moragues Pastor, 53 años, Andratx, de profesión marino, llegó a Mahón en 1890. Su esposa Maria Valent Sicoñares, de 51, nacida en el mismo lugar que el marido. Junto a su hermana Catalina de 56 y 2 hijos, Catalina y José de 15 y 12 años respectivamente.

1903- Damián Gardés Colom de 25 años, de profesión fondero. Casado con Benita Colom Pagès. En el domicilio contiguo vivía la madre del primero. Esperanza Colom Amorós de 55, nacida en Castell de Campins ( Gerona) en 1847. Llevaba 17 años en la ciudad, figurando como estanquera.
1925.- Juan Torres y Carmen Ros de Ibiza y Andratx, respectivamente.
1936.- Aurelia Torres y Diego Madueño.
1952.- José Torres Ros y Angela González Allosa.
1955.- Dionisio y Catalina.
1958.- Jaime Palmer Briel y Maria Torres Ros.
1961.- Juan Pons Tur e Irene Cardona Ortega.

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