El sector de la construcción se enfrenta a un año muy complicado. La obra privada sigue cayendo, como se ha comprobado por el reducido número de proyectos visados por el Colegio de Arquitectos. El peso de la obra pública es cada vez mayor. Los datos son muy indicativos: En 2008, en Balears, la inversión privada en la construcción ascendió a 1.147 millones de euros y el año pasado bajó a 793 millones, mientras que la obra pública pasó de 378 a 785 millones de euros. Las empresas valoran el esfuerzo inversor de las administraciones, sin embargo reclaman que se reduzcan los plazos de pago. Puede haber constructoras que se vean ante graves dificultades financieras por la demora en el abono de las facturas de las obras públicas. Por otra parte, el primer plan E, al imponer el 31 de diciembre como plazo para la ejecución de los proyectos, tiene ahora el efecto contrario, la devolución al paro de los trabajadores que antes permitió contratar. Los nuevos planes públicos y las obras de infraestructura volverán a ser imprescindibles para muchas empresas del sector de la construcción, mientras la promoción privada sigue congelada pagando los excesos de los años en que se generó una demanda irreal.
Editorial
La construcción depende de las obras públicas