Hace meses, aunque la sensación real es de toda la actual legislatura, que la política de las Islas vive pendiente de los juzgados, subordinada a los sucesivos casos de denuncias y detenciones por corrupción. El desfile de ex altos cargos ante el juez comprime la actualidad política y desborda la atención ciudadana hasta instalar como premisa en la sociedad balear que nada será igual, o no debería serlo, después de este proceso general abierto contra el presunto saqueo de dinero público.
Después de la declaración de la ex presidenta del Parlament, mañana está citado a declarar el anterior jefe del Govern, sobre quien pesan graves acusaciones de hasta nueve delitos por parte del fiscal anticorrupción. Ambos han sido los personajes más influyentes de las instituciones de las Islas en las dos últimas décadas, por lo que la expectación y recelos que la investigación judicial ha despertado son proporcionales a la responsabilidad de poder que han ejercido. Jaume Matas, que el domingo llegó a Madrid y hoy tiene previsto viajar a Palma, habrá de responder sobre cuantas dudas han surgido en torno al Palma Arena y el extraño incremento de su patrimonio, los aspectos más relevantes de una gestión que ha quedado bajo sospecha.