España no es el único país inmerso en un duro plan de ajuste para conseguir en 2013 no superar el techo de déficit público del 3 por ciento que ha impuesto la Unión Europea.
El anuncio de recorte del gasto por parte de Zapatero ha coincidido con el que ha hecho su homónimo portugués, el socialista José Sócrates. Una diferencia esencial es la actitud de la oposición. Los dos grandes partidos portugueses han llegado a un acuerdo y el conservador Passos Coelho ha apoyado al Gobierno en la subida de un 1 por ciento en el IVA y de un 1,5 por ciento en el impuesto de la renta a los salarios superiores a 2.375 euros mensuales.
En España, Mariano Rajoy sigue dando más importancia a la responsabilidad de Zapatero, que es mucha, que a las medidas que han de adoptarse para superar la crítica situación actual. El líder de la oposición debería entender que una actitud de apoyo responsable y crítico le beneficiaría ante la opinión pública. La imagen en Portugal de los dos líderes juntos pidiendo el esfuerzo de los ciudadanos es mejor para su país que la ofrecida en España por un presidente del Gobierno acorralado por la imposición de unas decisiones que no habría adoptado por iniciativa propia y un líder opositor que ve la oportunidad de alcanzar La Moncloa.