La decisión del Govern de excluir al Ayuntamiento de Maó del Consejo de Administración de Autoridad Portuaria ha causado un profundo malestar y rechazo en la Isla, tanto en el ámbito político como entre las asociaciones y entidades relacionadas con la actividad marítima. El Consell, PSOE y PP expresaron ayer su rotundo respaldo al alcalde Vicenç Tur en su reivindicación de que el Consistorio sea readmitido en este órgano rector. La coincidencia es unánime, la representación municipal no puede ser borrada del lugar donde se decide la gestión de uno de los principales activos de la ciudad, el puerto.
La portavoz del Govern, Joana Barceló, se esforzaba ayer en defender la decisión adoptada alegando que el Consell velará por los intereses de Maó. Pero, y sin que ello ponga en duda la capacidad de la institución insular, la realidad es que Menorca pierde representatividad, como bien indicaba Marc Pons. Además el presidente destacaba el papel activo del Consistorio en el seno del Consejo. Tur también lo dejaba claro el jueves: los ayuntamientos son la mejor voz para trasmitir y defender las necesidades de aquellos que viven del puerto. Se impone una rectificación.