Google es un gran invento. Puede que el usuario a pie de calle no haya indagado más allá de su uso cotidiano para resolver disputas de sobremesa trascendentales para que la humanidad siga su curso, como por ejemplo qué animal del planeta tiene el pene más grande en proporción. ¿Quién no lo ha buscado? Por si a caso, el percebe. Ahora que el mundo sigue rodando a su aire, volvamos al señor Google. Habrá quien lo ha utilizado en mayor o menor medida. Por ello no es de extrañar que algunas personas se sienten delante de este buscador ansiosas de que alguien o algo sacie su necesidad y por ello dan rienda suelta a la sinceridad más sincera que cobija la raza humana y le preguntan: ¿Qué me pasa? Sí, es así. Hay gente que espera que el ordenador por arte de magia le diga al individuo por qué está triste, alegre o eufórico.
La capacidad que tiene Google para darnos una respuesta casi instantánea a dudas existenciales hace que en muchos casos este buscador sea más eficiente que cualquier religión. '¿Quienes somos?, ¿A donde vamos?'. Estas preguntas que nos rondan la cabeza cuando nos vamos a dormir y que protagonizan el momento de mayor reflexión en nuestro día a día, tienen respuesta en Google. Amigo lector, si pones tal cual 'quienes somos' en el buscador te dirá que somos algo relacionado con Eroski. Y si, para rizar el rizo, le preguntas 'a dónde vamos', te sugiere una página web de actividades de ocio. Chapeau.
Nos fiamos tanto de Google que incluso solemos explicarnos los síntomas que padecemos cuando no nos encontramos bien, como si de un médico se tratara. O cuando redactamos un trabajo, un discurso o un reportaje. Lo que dice Google va a misa. ¿Qué te apetece almorzar un cocido y no lo has preparado nunca? 'Cap pega'. Googlelazo al canto e Internet te sugiere miles de recetas. Incluso está la receta para hacer pizza de espaguetis, que no sé si existe, pero debe ser el plato más maravilloso del mundo. Google lo sabe todo, incluso sabe qué tiempo va a hacer mañana.
Corre la leyenda urbana de que Google, en su inmensa sabiduría, ya sabe cómo va a terminar la raza humana pero el único problema es que la gente, en lugar de tomárselo en serio para buscar la respuesta y evitar el cataclismo mundial, se pierde buscando 'tetas', 'culos' y 'mono meándose en la boca'. Sí, somos así. No tenemos remedio.
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