España ha sido siempre país de futboleros. No descubro nada. El deporte rey ha preocupado y preocupa sobre todas las cosas. Por eso, cuando viene la Asociación de Futbolistas Españoles (AFE) y dice que este domingo no hay Liga, salta la alarma. ¿Pero cómo no va a haber fútbol un domingo? Falta tiempo para tachar de desvergonzados a los futbolistas ¡Con lo que cobran! Es verdad, la mayoría tiene una nómina más abultada que la media. Pero no se nos debe escapar que son trabajadores con un Convenio Colectivo que dice que el 2 de enero es jornada semi festiva para ellos. Su oposición a disputar la próxima jornada ha hecho estallar la ira de muchos aficionados al balompié. Más incluso que cuando los controladores asaltaron las vacaciones de muchos españoles en el puente de la Purísima. Peor que la anunciada subida del precio de la luz. Y eso que los efectos colaterales del día sin fútbol son menores. No nos tocan el bolsillo ni nos hacen perder el tiempo en un aeropuerto. Pero nos quitan el entretenimiento del domingo por la tarde.
Nos privan del deporte nacional. Pues nada, todos a armar la de San Quintín. Bendita rebelión, pensarán algunos. Todo el tiempo que el pueblo eche humo por no ver un fin de semana a Messi y compañía en acción, será tiempo para que tomen aire los que siempre son el centro de todas las dianas.