Es evidente que Ángela Merkel no vino a España solo para alabar las reformas del Gobierno y poner deberes, sino que acordó el apoyo de Rodríguez Zapatero al Pacto de Competitividad que Alemania y Francia han presentado en el Consejo de Europa. Los dos motores europeos quieren fortalecer el euro y asegurar el control del déficit en los países de la UE antes de ampliar el fondo de rescate.
Una de las cuestiones que ha generado discrepancias es la idea de vincular la evolución de los salarios a la productividad, dejando de estar supeditados a la evolución del IPC, en el caso de España. Es evidente que nuestro país y nuestra comunidad autónoma necesitan mejorar la productividad y no solo mediante la inversión en innovación y en formación profesional. De hecho, en los últimos 15 años España ha retrocedido, mientras la media europea mejoraba sus índices ligeramente. En Balears, se ha ganado en este aspecto a costa de la reducción de empleo y de pérdida del PIB. El equilibrio entre ocupación y productividad es fundamental en todos los sectores, especialmente en el turístico como motor de nuestra economía. De entrada, es positivo que empecemos a hablar de cómo vamos a ser más competitivos.