Judías, bacon y huevo frito, luego existo. 'Grasa, ergo sum', que diría el filósofo hoy en día. Solicito que se me disculpe por mi voto de silencio de los últimos dos sábados. Andaba por la isla de Wight comentando la jugada de los IGA, atareado hasta los topes y algo escaso de ideas, por lo que opté por callar antes que soltar memeces, que de eso ya se encarga la televisión. Pero ya de vuelta tengo algunas cosas que compartir. La primera, para que se sitúe el personal, decir que Wight es como Menorca, pero con menos fiesta.
Nueve días perdido en mitad de una isla británica dan para mucho. De entrada el tema de la conducción. Para nosotros, los de este lado de la Galaxia, tener que cambiar los hábitos y manejar por la izquierda es como si a un kamikaze le dan un avión. Hay muchas opciones de que el asunto no tenga un final feliz. Las rotondas, en el Reino Unido, tienen Denominación de Origen porque a la que te descuidas no sales de ella en un rato. No basta con mirar a la izquierda y a la derecha, también hay que encomendarse a los santos y rezar algún Ave María, por si las moscas, y saber resolver logaritmos neperianos .
En este viaje experimenté algo inimaginable, en Wight yo era el 'guiri'. Era el que no entendía la mayoría de cosas que me contaban los autóctonos, muy simpáticos, el que buscaba el menú más económico, el que hacía fotos a todo lo que veía, el que no encontraba los sitios a los que iba y por lo tanto preguntaba a todo ser viviente y, por qué negarlo, al que miraban raro cuando iba paseando por la calle. Pero ante todo, 'God save The Queen!'.
Me negué en rotundo a probar el típico 'Fish and chips' porque la receta, básicamente, consiste en coger cualquier tipo de comida y rebozarlo en un misterioso aceite por el que han pasado infinidad de ingredientes antes. Porque en Inglaterra tienen un problema serio con la comida. Comen mal y en cantidades industriales. Además, padecen una falta de imaginación preocupante. Las judías, el bacon y un misterioso sucedáneo de huevos revueltos son la base del desayuno inglés. Luego lucen tipazo, algunos incluso tienen una órbita propia, como los planetas. Pero son buena gente.
Viendo su día a día, entiendo que desembarquen en España buscando el todo incluido, el 'sangría+paella=10euros' y anestesiarse las vacaciones a golpe de cerveza y gintonic hasta terminar, algunos, semidesnudos y bailando la Macarena. Ahora ya sé como piensan.