Si no es usted uno de los que estos días exhiben su yate en el litoral insular, las cifras de deuda que estos días exponen las administraciones públicas como Govern, Consell o ayuntamientos les suenan a algo abstracto.
Al mileurista 400 millones de euros le suenan lo mismo que 80, 800 o cuarto y mitad. No obstante, sí impresiona la cifra que dio José Ramón Bauzá: 5.500 millones y pico de deuda por parte del Ejecutivo balear.
Aunque mi mujer no me deja convertir los euros a pesetas porque dice que no sirve para nada y además a uno lo pone de los nervios (un helado cuatro euros, ¡pero si son 700 pelas!), yo lo hago. 5.500 millones de euros son prácticamente un billón de pesetas si no me falla el calculo mental, cálculo rápido.
Un billón, que en el colegio nos parecía algo inalcanzable. Ahora, una comunidad autónoma de las más chiquititas ya maneja estas cifras y no para hablar de cucarachas, sino de deuda. Asusta pensar en lo que debe, administración pública mediante, cada habitante de las Islas.
Pero es que la cosa va más allá. Grecia está en la UVI y Estados Unidos, sí, el gran Estados Unidos, se ha quedado al bordo de la suspensión de pagos. Ya no tenemos ni primo de Zumosol al que agarrarnos. Ah, una duda de economista de "peix frit": Si todos deben, si los bancos no tienen líquido, ¿quién lo tiene?