Sucedió casi en el principio de los tiempos, pero no está ni mucho menos olvidado. El padre de los dioses griegos se disfrazó de toro para seducir a Europa.
Ahora los griegos las pagarán todas juntas. La venganza será terrible y de eso se están encargando en comandita la UE y el FMI. El mal de los helenos es haber tenido unos dioses y unos gobernantes que no se merecían. Pero, ¿nos merecíamos los españoles a Zapatero?, ¿los franceses, a Sarkozy?, ¿los italianos, (con perdón) a Berlusconi?
Es posible que a Europa no le quede otro remedio que exigir recortes, tajos y cuchilladas a la economía griega. Pero ¿van los ciudadanos a soportar despidos masivos de funcionarios, impuestos confiscatorios sobre la propiedad, perdida de la mitad del valor de las futuras pensiones?
En las próximas elecciones, es muy posible que voten a los extremistas de turno que les prometan los mejores engaños. Dime que no estoy en la ruina, aunque sea mentira.
Dijo Platón, o así circula en internet, que la libertad está en ser dueños de la propia vida. Los pobres griegos han dejado de ser dueños y han pasado a ser deudores. ¡Qué Zeus les ampare!