La ambición personal o el particular interés de un grupo determinado de militantes por detentar el poder se ha interpuesto, lamentablemente, en el seno del PSOE en el camino hacia la elección de su nuevo secretario general. Pero escasea el debate intelectual. ¿Dónde está el necesario "aggiornamento" de las políticas que les ha conducido a conseguir las magníficas derrotas obtenidas en estas pasadas elecciones? De momento ni está ni se le espera. Solo se evidencian luchas gremiales para mantenerse o acceder al poder en un claro y patético "quítate tú que me pongo yo". Y, "how shocking", indeed", quienes luchan son los corresponsables de las debacles sufridas.
Como recuerda Joaquín Leguina en un oportuno artículo, se necesita plantear y responder preguntas esenciales: ¿Cuál es la posición del partido respeto al espíritu y la letra de la Constitución (que incluye, claro está, los artículos 2 y 3)?, ¿Qué se piensa hacer respecto al PSC: integrarlo en un proyecto global español o dejar que siga campando por sus respetos nacionalistas (recordemos que en el último Congreso los socialistas catalanes seguían apostando por "un proyecto de reafirmación nacional")? ¿A qué ciudadanos quiere representar el PSOE? ¿A la sociedad subvencionada o a la currante? ¿Qué quieren decir los líderes zapateristas cuando exigen: ¡Que paguen los ricos!? ¿Significa que debe de pagar más el banquero que ellos mismos acaban de indultar? Y también ¿algunas políticas sociales (que no han sido aceptadas por sus votantes de mayor edad) deben de romper las tradiciones familiares españolas? etc.
Y especialmente ¿qué significa el anuncio de Rubalcaba de volver a un proyecto nacional? (inmediatamente rectificado por Carme Chacón -"!llamadme Carmen!"- con aquello de respetar los "acentos diversos") ¿Quiere ser el PSOE un partido nacional o una confederación de partidillos taifas? ¿Se propone un nuevo concepto de nación después de las chaladuras del leonés? Muchos ciudadanos están a la espera de que los socialistas aclaren los conceptos y se definan nítidamente sobre los nacionalismos periféricos. Mostrar cercanía a un pueblo no significa promocionar la insolidaridad entre regiones y territorios hermanados por la historia y la movilidad social. Tampoco significa promocionar las diferencias, sino promover la convergencia de lo que nos une.
Aunque no hay ninguna exposición de ideas (a la espera de recibir las nuevas consignas al uso) la ruptura del partido es evidente. Si ganase Chacón que apoyó el "todos somos Rubianes" (sí, aquel de "!me cago en la puta España!", sí, ¡aquel al que el Ayto. de Mahón cedió el Teatro Principal!) ¿significaría que el PSOE se deja colonizar por el PSC? ¡Oui, tout est possible, le monde est fou!".
De la evolución de la campaña por la toma de la Secretaria General dependerá que Rubalcaba intensifique el recuerdo nacionalista que irradia Chacón. ¿Puede el PSOE nacional elegir a quien ha bendecido que los emigrantes andaluces en Cataluña no puedan estudiar en su propio idioma? Como me dice un amigo en un mail, "todos los que creemos en la necesidad de una izquierda internacionalista y trascendente en lugar de localista y oportunista, quedamos a la espera".
Se apuesta ya por Rubalcaba. Como mal menor el antiguo felipista y exzapaterista deberá dirigir el partido hasta que se convoque un nuevo Congreso Extraordinario para elegir al nuevo líder definitivo quien, limpio de polvo y paja, y que en ningún caso deberá de pertenecer a la generación zapateril, rectifique el daño causado al socialismo español por el iluminado leonés. Un nuevo Besteiro que sirva para barrar el ascenso a enloquecidos Largo Caballeros. Deberá de elegirse a alguien que sea incapaz de utilizar argumentos cerriles y panfletarios (Chacón: "a Garzón se le juzga por haber perseguido un caso de corrupción" ¡¿What?!), a quien no haya hecho de la insolidaridad entre regiones base de su avaricia identitaria
¿Y en Baleares? Si el Congreso lo gana Armengol, esa nacionalista camuflada, UPyD lo agradecerá. ¿Y en Menorca? La lucha será encarnizada entre quienes han mostrado imprudentemente su respaldo a la futura perdedora y quien, con más experiencia, aguarda con las garras afiladas. Rodarán cabezas. Cambiará el escenario. Lo esencial es conocer si el PSOE regresa a sus raíces internacionalistas o seguirá devorado por el oportunismo nacionalista hasta la ruina final. Esa es la clave: nacionalismo o internacionalismo.
Notas: El oportunismo del GOB es patético. Mejorar un acceso y adecentar el aparcamiento de un restaurante emblemático no es un delito. Es una mejora para el turismo de Menorca. ¡Enhorabuena amigo Tóbal!.
Enhorabuena también a Coya Sugrañés por ser valiente y tener visión de futuro.
El drama se ha apropiado de una familia mahonesa: condolencias a Marta, Lourdes, Ignacio y a mi amigo del alma Miquel Capella.