Hoy en día, más personas de la tercera edad luchan por mantenerse activos dentro de la vida moderna, siendo útiles a la sociedad.
Don Gabriel es un señor de 80 años que sigue viviendo su vida tal y como lo hacía cuando tenía 50: conduce, sigue al frente de su propio negocio, viaja y lleva personalmente sus cuentas .
¿Será esto posible o don Gabriel es una excepción? Dentro de nuestra sociedad existe la creencia de que con la vejez las facultades mentales se pierden, pero nuevos estudios demuestran que estas facultades no se pierden, sino que se transforman cuando el cerebro envejece.
Es una realidad, actualmente más personas de la tercera edad se esfuerzan por mantenerse activos dentro de la vida moderna, demostrando que son capaces de realizar muchas tareas y que pueden seguir siendo útiles a la sociedad.
Muchos piensan que cuando la persona envejece tiene menos capacidad intelectual.
Las conclusiones a que llegaron investigadores de la Universidad de Harvard después de realizar algunos estudios es que la mayoría de las personas conservan intactas sus facultades mentales por lo menos hasta los 70 años y un 30% llegan sin ningún problema a los ochenta o noventa años.
Se cree que es de gran influencia para que la persona se conserve lúcida llevar una vida productiva con diferentes intereses y pasatiempos, entre otras cosas.
Por el contrario, quienes tienen una vida sedentaria o quienes no tienen metas por las cuales luchar, muestran un deterioro prematuro de su inteligencia.
He ahí que podemos encontrar que hay personas viejas antes de haber cumplido los cincuenta años.
Es recomendable que la persona mayor trate de mantenerse al día en su ocupación, profesión y actividades pues esto le ayudará a mantenerse lúcido.
Durante muchos años se ha pensado que al envejecer, las neuronas mueren más rápido que antes y se va perdiendo la memoria.
Un estudio realizado en la Universidad de Boston demuestra que con la edad lo que se atrofia son los canales de comunicación de las neuronas, pero todos los datos almacenados permanecen intactos.
Esto quiere decir que los ancianos pueden seguir siendo muy inteligentes aunque la velocidad de su pensamiento sea menor.
A más edad se conoce más y se tienen más experiencias.
Para ayudar al cerebro a mantenerse joven, muchos geriatras hoy en día recomiendan a los ancianos a aprender cosas y oficios nuevos.
Aquí se puede poner en práctica el viejo proverbio de que " nunca es tarde para aprender".
Las nuevas experiencias ayudan al cerebro a desarrollar nuevos canales de comunicación en las neuronas y quienes son más flexibles en su pensamiento y son creativos favorecen en gran parte su agudeza mental.
Otro factor que ayuda a mantener en forma el cerebro es vivir una vida emocionalmente estable.
Esto ayuda no sólo a los ancianos, sino a cualquier persona, a realizar sus actividades intelectuales con más calma y precisión.
Quienes creen que sólo gozando de salud física pueden mantener una salud mental no necesariamente están en lo cierto, pues muchas veces los padecimientos de enfermedades físicas no atrofian para nada la capacidad intelectual de las personas.
Existe una gran realidad que hoy día parece ser olvidada: La vejez está llena de sabiduría.
Por fortuna no todas las sociedades modernas consideran que los ancianos son personas limitadas intelectualmente.
Tal es el caso de lugares como China, donde ser viejo es ser sabio y las personas mayores gozan de una alta jerarquía en la sociedad.
Otros estudios realizados han demostrado que las personas mayores tal vez sean más lentas en realizar actividades intelectuales, pero las hacen con mucho más perfección que personas jóvenes y aunque tarden más tiempo en tomar decisiones se equivocan menos.
Los expertos geriatras afirman que el cerebro de un anciano no es inferior al de un joven, sino simplemente son distintos, al igual que el de un niño y un adulto.
Mientras las personas jóvenes son más rápidas para pensar y hacer las cosas, tienen grandes huecos en información y los ancianos suplen la falta de rapidez con su experiencia y sabiduría.
En nuestra sociedad muchas veces el anciano es considerado como material de desperdicio ya que en apariencia no tiene nada bueno que aportar al mundo activo y se cree que son carga para la sociedad, incluso mucha gente se sorprende de ver a personas de la tercera edad realizando actividades físicas y de trabajo como si fuera algo imposible.
Mas ingrato aún, es que se imponga a la persona una fecha de caducidad al llegar a los sesenta años, obligándolos muchas veces a dejar sus trabajos y actividades para que sean ocupados por alguien "más joven y capaz".
Existe hoy día muy poco respeto y poca conciencia de los derechos que deben gozar las personas mayores.
Es necesario que la sociedad actual retome aquel refrán: "Más vale el diablo por viejo que por diablo" y devolverle al adulto mayor su dignidad, reconocer y aprovechar sus experiencias, pues aquella sociedad que no sabe darle un lugar digno y respetable a sus mayores , muy poco podrá lograr en la búsqueda de derechos para "otros miembros de su sociedad" por mucho que se esmere.