Lo confieso soy un trekkie, o lo que es lo mismo un fan de la mítica saga de Star Trek y en especial de las películas en las que el capitán James Tiberius Kirk de la nave estelar "USS Enterprise" era interpretado por William Shatner (sublime, décadas después, en la serie "Boston Legal"). No por ello deja de gustarme Star Wars, aunque con uno de mis hijos tengo una dura pugna sobre cuál es mejor. Pero dejando los aspectos cinematográficos de lado, una de las cosas que me fascinan de estos mundos espaciales, creados en las décadas de los 60 y 70 del siglo pasado, son la tecnología que gobernaba las naves (mucha lucecita parpadeante) y los robots que compartían vida con los humanos. Llegados a este punto, quién no recuerda al inquietante supercomputador de última generación HAL 900 de "2001: Una odisea del espacio". La máquina que se rebela contra el hombre. Vale, ¿y a qué viene todo esto? Pues que como las ciencias adelantan que es una barbaridad ya anda por ahí el llamado periodismo automático, por lo que a los periodistas de carne y hueso nos ha entrado una cierta flojera y más viendo como está el patio.
La empresa Narrative Science ha dado un paso más en el camino de la inteligencia artificial y ha creado un software de periodismo automatizado. El funcionamiento de este artilugio -y sus consecuencias- lo explicaba la pasada semana en "El País" el profesor Evgeny Morozov*: Basta con proporcionar a un ordenador algunas estadísticas y, a los pocos segundos, ese programa inteligente produce artículos. O, en palabras de Forbes, "Narrative Science, gracias a su exclusiva plataforma de inteligencia artificial, transforma los datos en artículos e interpretaciones". De momento, se utiliza para sectores como el financiero o deportivo, pero ya genera informaciones sobre la carrera electoral en EEUU. Su éxito: bajo coste y rapidez. Otra vez se repite la historia: La máquina contra el hombre.
Morozov asegura que los fundadores de Narrative Science dicen que solo quieren ayudar al periodismo, ¡no exterminarlo! Eso se lo dirás a todas... ya se verá. Lo que yo me pregunto es si este simpático robot hubiera sido capaz de escribir "A sangre fría" como lo hizo Truman Capote o "Relato de un náufrago" con la maestría de Gabo. Es más, se imaginan a este cerebrito en la magistral trama de la película "Primera plana" compartiendo protagonismo con los periodistas que encarnaban Jack Lemmon y Walter Matthau. Modestamente creo que no. Pero, quién sabe a dónde nos llevarán las nuevas tecnologías. Como diría mi admirado capitán Kirk: "Todo recto hacia el mañana".
Quizás, dentro de unos años, un veterano redactor jefe todavía humano llame al R2-D2 de turno y le diga "hoy te toca ir al pleno de Maó" , mientras que a C-3PO le encarga el "Gent de casa".
Espero y deseo que en este caso ocurra como en el famoso duelo de ajedrez entre Garry Kasparov y la computadora Deep Blue, cuando en 1996 el entonces campeón del mundo logró derrotar a la máquina en un apasionante duelo que terminó con un marcador de 4-2.
(*) Profesor visitante en la Universidad de Stanford y profesor en la New America Foundation. Autor del artículo "Periodismo automático".