El dominio del lenguaje y la fluidez del mismo en los políticos que hacen públicas declaraciones, parece algo exigible, así como el discreto encanto de la cortesía verbal a la hora de manifestar opiniones, asistiendo o discrepando sobre una cuestión concreta dirigida a la oposición.
Últimamente tenemos demasiados ejemplos que rayan en la indigencia, en la plena penuria intelectual en ese oficio de la fluidez y concreción del lenguaje. Fíjense en el siguiente ejemplo: "podéis confiar en nosotros que sabemos que es lo qué hay que hacer, y lo vamos a hacer, y por eso hacemos lo que hemos dicho que íbamos a hacer, y por eso seguimos haciendo aquello que nos toca hacer a pesar de que algunos no se crean que vamos a hacer lo que hemos dicho que íbamos a hacer" (José Ramón Bauzá). ¡Déu meu! Eso es para llevarlo por los colegios como ejemplo didáctico de oratoria, fluidez de lenguaje y capacidad de síntesis. A mí, un político que parla así me merece toda la confianza.
Otras veces lo que fluye por la boquita de algunos, es mismamente como la mierda de un sumidero dirigiéndose al albañal de las más torpes y antológicas expresiones orales. Presten atención al siguiente ejemplo: "Las mujeres son como las leyes, están para violarlas". Tal repugnante expresión, la dijo mientras era Presidente del Consejo General de la Ciudadanía Española en el Exterior, Castelao Bragaña, José Manuel, que ha dimitido por ellos, aunque como siempre pasa con este clase de pobres personajes, diga que ha dimitido por razones personales.
Algunos políticos no se paran en barras a la hora de utilizar un lenguaje descalificador, barriobajero, de taberna de los bajos fondos más decimonónicos, aunque como en el siguiente ejemplo, vayan sus ácidas descalificaciones dirigidas a todo un juez magistrado de la Audiencia Nacional. El portavoz del grupo popular en el Congreso, Rafael Hernando, le lanzó el pasado día 5 de octubre de 2.012 la siguiente andanada verbal al magistrado Santiago Pedraz: "pijo" "ácrata" (1), "indecente" "impresentable" e "intolerable". Todo eso porque el Magistrado archivó la causa contra los promotores de la manifestación del 25-S, donde el Juez Pedraz hacía alusión a la "convenida decadencia de la clase política".
No sé si los insultos se debieron al archivo de la causa. Creo que más probablemente sería a lo que dijo de "la convenida decadencia de la clase política", algo que por otra parte, la ciudadanía lleva tiempo denunciando en las encuestas. Como por ejemplo el último sondeo del CIS, donde aparte de no tener afecto, se tiene a los políticos como la tercera preocupación de los españoles, teniendo solo por delante el paro y la economía.
Otros políticos/as, ni siquiera estando en un pleno del Congreso, son capaces de tener el más elemental decoro verbal, y dejan que la palabra les desenmascare. Estaba a la sazón el señor presidente del Gobierno desglosando penurias, algunas de ellas afectaban a los parados, cuando la diputada del PP Andrea Fabra, lanzó un "que se jodan", que le acompañará políticamente para los restos. No hay goma de borrar que haga desaparecer semejante exabrupto por mucho perdón que luego se pida. Del que "se jodan" de la Diputada Fabra, se podría escribir un largo alegato desglosando todo lo que presumiblemente significa, que en mi opinión va desde la pura falta de solidaridad al desprecio más absoluto hacia los que lo están pasando tan mal, infinitamente peor que ella, y digo desprecio, por no querer decir puro odio lo que encierra la rotunda frase de esa persona que no tuvo el más mínimo pudor en declarar públicamente lo que piensa, para desgracia de la clase política en general, del PP en particular y asombro de quiénes le pagamos el sueldo.
(1) La acracia es la doctrina de los ácratas, que niega el reconocimiento de toda clase de autoridad y defiende la anarquía