L' Auberge espagnole, en su título francés original, o "Una casa de locos", como se tradujo en España, es una película que muestra la convivencia de varios estudiantes extranjeros en un piso en Barcelona. Como en ese chiste recurrente en el que mandan los tópicos, los jóvenes (de nacionalidades danesa, británica, francesa, belga, española, italiana y alemana) conviven, echan de menos su casa, estudian y practican idiomas -con clases en catalán, no solo en castellano-, y se preparan para la vida.
El filme, sin grandes pretensiones, muestra el mosaico europeo, lo que nos separa y lo que nos une, que a mi entender es mucho más, aunque en estos años de crisis el euroescepticismo haya renacido, y algunos vuelvan la vista atrás con añoranza hacia la peseta, cuando sin embargo el euro fue recibido como un gran éxito y nos hemos hartado de consumir fondos comunitarios. ¡Qué pena que precisamente la visión estrecha y economicista se imponga en estos momentos!
Porque el guión de esa pelicula de 2002 se repite, con diferentes repartos, en muchos pisos de estudiantes en nuestras ciudades y en otras del resto de Europa, gracias a una de esas becas Erasmus que el protagonista parisino de la historia disfruta, y que ahora parecen tener también problemas de presupuesto. El programa es un símbolo de la integración europea, que empieza por la educación, la convivencia y el conocimiento mutuo. La única vacuna para no quedarse en el chiste y los prejuicios es viajar con ganas de aprender.